domingo, 23 de junio de 2013

Diez. Astrid Kirchherr

Esa tarde, Astrid se encontraba en la sala de su casa, mirando tras la ventana el día nublado. Estaba esperando a Klaus, su novio. 
Soltó un fuerte suspiro, la sala era silenciosa, miró su reloj de pulsera y daban las 7:30 de la tarde.
Se incorporó en el sillón y arregló su falda.

-Por fin llegas, Klaus- Le dijo al abrir la puerta
-Hola, corazón, yo también te extrañé
Astrid torció los ojos y luego sonrió, rodeando el cuello del joven quien le dio un pequeño beso.
-¿Lista?- ella asintió.
KLAUS VOOORMANN Y ASTRID :3

Cerró la fuera y caminaron hasta St. Pauli, había mucha gente en las calles, cosa rara por aquellos rumbos.

-¿Puedes dejar de dar pasos raros?- preguntó Klaus al ver que su novia se movía al ritmo de una música que no sonaba por ninguna parte, la gente la miraba al pasar.
-No seas amargado, se siente bien moverse
-Pero no en público...
Astrid dio una voltereta y terminó en el piso.
-¡Astrid!- Klaus corrió y le tendió una mano, ayudándola a levantarse- ¿Estás bien? te lo dije.
-Sí, estoy bien... 
-Ven, ya falta poco para llegar- Continuaron caminando
-Pero no crees que es demasiado temprano para ir a un bar?
-Ya está oscureciendo, además te encantará la banda, yo lo sé.

Llegaron al Kaiserkeller, no había mucha gente, apenas eran las 8:15 de la noche.
-Es un lugar amplio- Astrid miraba a su alrededor. 
Klaus abrió la silla para la chica y ésta se sentó.
-¿Quieres algo de tomar?
-Oh, no gracias. Esperaré hasta más tarde. 

Una risa exageradamente escandalosa provocó que ambos voltearan hacia sus espaldas y vieran a un joven sosteniendo la cintura de una chica y ambos riendo, siendo acompañados por otro joven.
-Oh, él es el guitarrista- dijo Klaus
-Parece que sí te gustó la banda
-Es que son estupendos y dicen que son de Inglaterra, también se rumora que son menor de edad
-No creo...
-Ni yo, la mayoría se ven grandes.
-Excepto por él- Astrid ladeó la cabeza, refiriéndose a George.

-¿Klaus?- Una chica se había acercado a ellos
-¿Breana?
-¡Klaus!- Éste se levantó a abrazarla con entusiasmo- 
-¿Qué haces aquí?
-Mis amigos tocan aquí, entonces...
-¿Eres amiga de los de la banda?- Breana asintió- ¡Oh, te extrañé demasiado!
-Yo también- Ambos estaban contentos de verse, Astrid sólo observaba
-Mira, te presento a Astrid, mi novia... Astrid, ella es Breana, es una amiga que conocí muchos años atrás, fuimos grandes amigos
Astrid estrechó su mano.
-¿Se quedarán aquí?- preguntó Breana, ambos asintieron- Entonces creo que los veré en unas horas...Hasta luego, chicos- Besó sus mejillas.
-Parece que el mundo es muy pequeño- dijo Astrid apenas Breana se fue.
-Sí, así parece. 

A las 10 de la noche varios jóvenes subieron al escenario, el bar estaba casi a reventar.
Y comenzaron a tocar algo que, Astrid más tarde conocería como Cry For A Shadow 

Quedó impactada por la forma en que los chicos tocaban, lo hacían de una manera que jamás había visto en otra banda, pronto siguió otra canción, pudo escuchar la voz de Paul y la de John cantar.
-¡Te dije que eran increíbles!- dijo Klaus moviendo la cabeza, todos ahí disfrutaban de la música.
Pero Astrid no se había percatado del joven que la mayoría de las veces estaba dando la espalda.
Volteó un poco y Astrid pudo ver la guapura hecha en persona: Stuart Sutcliffe.

Tras unas horas la gente se fue yendo, pero seguían tocando. Astrid bailaba con Klaus y no podía dejar de admirarlos, le causaban una emoción muy... extraña.

Llegó Breana, un poco triste, a la mesa de Astrid y Klaus.
-Que bueno que se han quedado- les dijo
-Hey, ¿qué ha pasado? 
-Bueno, mi amiga, Viridiana, a partido a Liverpool hace una hora, fue a dejarla al puerto.
-Qué mal, ¿porqué se ha ido?
-No aguanta este ambiente- sonrió burlona. 

Los chicos dejaron de tocar, Astrid los pudo ver bajar del escenario
-¡Hey, Breana! ¿Crees que puedas presentarme a la banda?- preguntó Astrid, ansiosa
-Oh, claro, ven...
-Iré yo...- se apuntó Klaus.
-John!- Breana les gritó y llegaron hasta ellos- Chicos, ellos son Astrid y Klaus 
-Hola chicos, sólo quería decirles que tienen una nueva fan- les dijo Astrid- en verdad, desde hace mucho tiempo que no escuchaba a una banda tan buena, se escuchan tan frescos y... Quisiera hacerles una sesión fotográfica.
Todos se quedaron boquiabiertos, Astrid había sido muy directa.

-Nos encantaría- dijo Paul, rompiendo el silencio- Muchas gracias, de verdad... 
Astrid sonrió animada. 

Esa noche, todos tomaron una o dos cervezas, escuchando cosas que contaba Klaus y es que él era un hombre de mundo, había viajado a varios lugares, tenía muchas cosas en común con los chicos.
Astrid sólo los veía bromear, Paul decía incoherencias y todos platicaban demasiado, Astrid de vez en cuando aportaba su opinión.
Paul no podía dejar de mirarla, de hecho nadie podía, aquella chica era hermosa, la primera chica decente y con clase con la que estaban tratando después de mucho tiempo.

Astrid alzó la mirada y se encontró con la de Stuart. Él le sonrió y ella se sonrojó, devolviéndole la sonrisa.

domingo, 16 de junio de 2013

Nueve. Hamburgo es igual a Perdición.

Esa tarde de sábado se sentía muy solitaria para Breana, que se encontraba de camino a casa de Paul. Esa mañana había sido la última mañana con Alice. Había partido ya, desde hace tres horas. Breana caminaba contando los días para que su amiga volviera, sentía que la extrañaba y aún no pasaba ni siquiera un día.
-Buenas tardes, Jim…
-Hola, Breana. Pasa, Paul está por bajar.
-Prefiero quedarme aquí, gracias, señor.
Paul salió de la casa y cerró la puerta.
-Al fin llegas- le dijo.
-¿Cómo sigues, Paul? Esta mañana estabas devastado – rió
-No sé qué haré. Fui un idiota por tratarla como la traté al principio. Si me hubiera dado cuenta de la increíble persona jamás la hubiera menospreciado y por lo tanto le hubiera dicho que… La quería.
-Todos debimos de ser buenos con ella desde un principio, a ella le llegué a contar gran parte de mis secretos y ha sido la única persona madura que me ha apoyado.
-Es una gran persona, cierto- Ambos suspiraron mientras caminaban
-¡Pero, hey! Hay que estar alegres, en unos días parten a Hamburgo.
-Cierto, ¿sabes? Extrañaré Liverpool. Dicen que en Hamburgo hay muchos vicios.
-¡Ja! Habla Paul, libre de pecado ¿no?
Paul la miró con una sonrisa.
Al día siguiente partió Eleanor, pero ella sólo tomaría un tren para ir a Oxford y era más probable que los visitara.
Hubo muchas lágrimas por parte de sus hermanas y madre. No podía despegarse de Lennon.
-Adiós- dijo, suspirando, rodeando su cuello con ambos brazos mientras éste le sostenía de la cadera.
-Adiós, Ely…- Besó sus labios- No olvides escribir. Y no tardes en volver.
-¿Me esperarás?
-Pero claro- La volvió a besar…
Y después de despedirse de todos volvió a besar a John con más fuerza. Tuvo que irse después.
Así que sólo les quedaba esperar. Sus tardes eran aburridas, ahora sin Eleanor y sin Alice.

-¡Chelsey! ¡Viridiana!- Marianne las llamaba desde la cocina y ellas bajaron- Por favor, vayan a llevarle este pastel a Jim.
-Mamá pero estamos viendo…
-No importa lo que estén haciendo, el señor está muy enfermo. Sus hijos no saben cocinar bien, seguramente.
Ambas pusieron los ojos en blanco y salieron rumbo a casa de los McCartney.
-¡Hey, Mike!- Saludó Chelsey- Apuesto que ya no te acuerdas de mí
-Oh, claro que sí, viniste un día a cenar a mi casa.
-¿Está tu papá?- preguntó Viridiana.
-Claro, pasen, yo iba de salida- Mike se ponía la chaqueta de cuero.
Ambas pasaron y la casa estaba silenciosa, parecía que no hubiera nadie. Mike había olvidado decirles que Jim estaba en su habitación… Dormido.
Por suerte bajó Paul.
-Hola, chicas- Ambas voltearon hacia las escaleras, de donde él bajaba- ¿Qué hacen aquí?
-Oh, mi mamá nos mandó a traerles esto- Viridiana estiró el plato con el pastel.
-Qué amable- Paul se acercó y lo tomó, los tres se dirigeron a la cocina donde Paul lo puso.
-¿Ibas a salir?- preguntó Chelsey.
-No, este sábado es el más aburrido de mi vida y para colmo ninguno de mis amigos puede salir conmigo.
-¿Qué hay de Breana?- cuestionó Viridiana
-Salió de viaje con sus padres y volverá en unos días.
-Estas vacaciones serán las más aburridas ¿no creen?- preguntó Viri
Ambos asintieron.
PAUL, JIM Y MIKE :D

Pocos días antes de que se fueran a Hamburgo, por ahí de 1960, Allan Williams les recomendó buscar algún baterista, ya que sin él no lograrían mucho en Hamburgo. Los cuatro chicos se encontraban pensando quien podría ser.
-¡Hey! Yo conozco a un tipo que se llama Pete Best, lo vi tocar en un bar, su mamá es la dueña del bar- Dijo George
-¿Porqué no lo dijiste antes?- preguntó John- ¿Toca bien?
-Sí, es bueno, además, ¿qué importa? Nosotros partimos en tres días.
Pete era un tipo con mucha personalidad. Apenas lo vieron se hicieron amigos.
-Pete, ellos son Paul, George, John y Stuart…. Chicos él es Pete.
-Mucho gusto- dijo éste- George me comentó acerca de ir con ustedes a Hamburgo
-Podrías ganar cerca de £ 15 a a la semana, amigo – Paul guiñó un ojo.
-No lo sé, a diferencia de ustedes, estoy yendo a una escuela superior, tal vez me gradúe…
-¿Enserio prefieres quedarte a estudiar que ir a tocar?- preguntó John- creo que es bastante ñoño ¿no chicos?
-Ok, lo pensaré…
-¡No lo pienses!- insistió Stuart- Dicen que hay putas en cada esquina
-No soy como tú, amigo- le dijo Pete
-Y alcohol- añadió Paul
-Tal vez drogas- dijo John
-Y muchas bandas, obviamente con Rock and Roll…- dijo George
-¡Ok, ok! Se escucha más divertido que estudiar.
-¿Entonces aceptas?- insistió John
Pete se encongió de hombros y asintió.

* * * * * * * * 

-Okey, éste es el plan- decía Allan Williams a los chicos, quienes eran 7 contando a Breana y a Viridiana en la parte trasera de una camioneta, apretados e incómodos- Todos aquí somos estudiantes y estamos de vacaciones por Hamburgo, tocaremos en el Kaiserkeller y George y Viridiana tendrán que fingir que son mayores de edad.
-¿Nos tragiste aquí casi ilegalmente, cerdo?- preguntó John
-Te recuerdo que ganarás dinero como jamás lo ganaste
John torció los ojos.
Muchas horas después estaban en Hamburgo, sudorosos, cansados, hambrientos, sedientos y con ganas de estirar las piernas. Era de noche. Llegaban al barrio Sank Pauli en Hamburgo.
-¡Oh, miren eso!- Stuart señaló a la calle. Había miles de letreros con luces de neón que decían cosas como “Sex” y habían prostitutas al por mayor.
-Creo que aquí perderé mi…
Allan interrumpió la frase de George, diciéndoles a los chicos que bajaran. Se estacionaron fuera de un club y comenzaron a bajar las cosas.
Había rockers por todas partes, hombre alemanes y mujeres que los veían raro.
-Maldita sea ¡Lennon! ¿porqué me convenciste de venir aquí?- preguntó Viridiana y éste rió.
Entraron al club, que estaba a espaldas de un cine.
-¿Dónde dormiremos?- preguntó Pete.
-Oh, no dormirán hoy, al menos no ahora, el dueño quiere que comiencen a tocar
-¡¿QUÉ?! Acabamos de llegar un maldito viaje aplastador y tenemos que tocar?- dijo Paul, furioso
Allan se encogió de hombros.
Dormían en la parte trasera del cine, en pequeños catres, en condiciones sucias. A los chicos no les importaba, ni siquiera a Breana, pero Viridiana Cook estaba acostumbrada a los placeres de la vida con dinero.
-Breana, no quiero dormir aquí- se quejaba
-Viridiana, son las 4 de la madrugada, por favor duérmete
-Extraño mi casa
-Estaremos aquí por mucho tiempo, así que vete acostumbrando.
Unos días después, Breana y Viridiana no estaban en su “lugar de dormir” estaban disfrutando de los vicios que ofrecía Hamburgo. Estaban en un bar, tomando y bailando, mientras George estaba a una mujer y John y Paul se hacían los dormidos y escuchaban todos.
Acabado el acto, la mujer se fue, George le pagó y John y Paul comenzaron a aplaudir

-¡Hijos de puta!- les gritó George. 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * 

Por favor mátenme u.u resulta que este capítulo es el más aburrido que leerán en toda su vida, apuesto que no terminaron de leerlo x3 Es que bueno, es domingo y mis padres han salido, así que pude escribirlo sin prisa y a escondidas, por eso es largo y aburrido. ¡PERO! Dos semanas más y tendré un mes y medio de vacaciones *----* y entonces podré subir caps con mejor calidad ;) lo aseguro. Además que ya se viene lo interesante ;)
¡Y otra cosa! Ustedes saben que no puedo escribir y por lo tanto tampoco leer u.u perdón si no han tenido comentarios míos en sus caps, y sepan que tampoco he podido leer y me muero del coraje por eso D: ¡QUIERO LEER! No sé cuántos caps lleven ya todas :’( así que tengan por seguro que me pondré al corriente en cuanto pueda, no importa nada y comentaré ;)
¡SALUDOS, BUENAS VIBRAS! ;D 

domingo, 2 de junio de 2013

Ocho. Do Not Cry.

-¿Dónde estabas?- le gritó su madre.
-Estaba en casa de Stuart.
-Siempre estas con ese tal Stuart. Ayer era tu cumpleaños, Alice, y tú y tus hermanas se fueron todo el día y no pude verlas. ¿Qué te sucede? ¿Quién es ese Stuart y qué ha hecho contigo?
-Por dios, Mamá, no exageres- Alice torció los ojos.
-¡Me contestaste!- Alice se encogió de hombros.
-Eres otra, Alice.
-No, soy la misma. ¿Dónde están Eleanor, Chelsey y Viri?
-Arriba, estudiando. Hoy faltaste a la escuela. ¿Dónde carajos estabas?
-¡Me quedé dormida en casa de Stuart! Su mamá me dijo que era tarde para regresar a mi casa y me ofreció quedarme. Ahora, si me disculpas, comenzaré a hacer mis maletas.
-Pero falta una semana.
-Por eso.
Alice, un poco molesta, subió a su habitación donde se encontraba Eleanor con John y Paul.
-Hey, Alice… ¿Dónde estabas?- preguntó John, guiñando el ojo.
-Ssh… Mi mamá está abajo…- se sentó en un sillón junto a ellos.
Paul se levantó de la cama donde se encontraba sentado y se despidió.
-¿A dónde vas? Espera, iré contigo- dijo John- ¿No vienes, Alice?
-No creo que mi madre me deje salir. Adiós, chicos…- Salieron de la habitación y cerraron la puerta.
-Estoy molesta contigo, Alice. Fuiste una irresponsable. Eres muy chica aún.
-¿Por qué?- Alice tembló, se hizo la desentendida. Eleanor daba pasos lentos por toda la habitación
-¿Crees que no lo noté? Ese idiota de Stuart te guió hasta su cuarto. Tienes suerte que yo haya sido la única que lo notó. Eres tonta.
-¿Y qué hay de ti? ¿Qué tienes con Lennon? Creo que no soy la única aquí que fue una “tonta”
-Sí pero soy mayor que tú.
-No me sermonees. Tienes apenas un año más que yo.
-Lo único bueno es que te irás a Francia y no volverás a ver a ese idiota, artista creído.
-No es creído. Stuart es excelente en el arte, tampoco es idiota, es la mejor persona que he conocido.
-Logró lo que quería, Alice. Lo logró ayer.
-Me ama.
-¡No te engañes! Apenas llevan… -bufó- ¿una semana? Jamás lo creí de ti. Tú querías un noviazgo como de película y te acuestas con él apenas pasan siete días.
Alice abrió los ojos, al ver que tenía razón.
-Pero, bueno, cometiste el error. ¿Te das cuenta? Podrías quedar… - suspiró, molesta. Negó con la cabeza y sin terminar la frase salió de ahí.
Alice se puso pálida al darse cuenta de aquello.
Ese lunes, volviendo a la escuela se lo encontró. Había estado el fin de semana meditando lo que había hecho, no fue como en las películas, no fue como esperaba, de hecho podría decir que no le gustó.
-Hey, Alice- la abrazó-  Ya quería verte- le dio un beso. Ella sonrió- ¿Quieres salir hoy? ¿Qué pasa?
-Nada. Sí, me gustaría salir hoy.
-Hey Alice- se acercó Paul- ¿Vienes? Los chicos, Eleanor y Breana iremos a comer a casa de … - Se detuvo al ver el rostro de la chica, que obviamente se negaba- Bueno. Entiendo que será otro día- Alice asintió.
Martes.
-¡Hey, Alice! Qué bueno que te encuentro- Era Paul, al teléfono- temía que no estuvieras.
-Hola, Paul
-¿Cómo estás? Sólo hablaba porque no me has platicado de ti en las últimas semanas. No has tenido tiempo.
-Oh, sí… Bueno… No hay mucho qué contar. Ya sabes, sigo haciendo mis maletas para París.
-Oh- el chico se escuchó triste- te extrañaré demasiado. ¿Y cómo le harás con Stu?
-Pues supongo que esto terminará.
-Qué mal- dijo Paul, sarcástico- Eleanor nos invitó a la graduación el próximo jueves. No entiendo porqué tú no.
-No lo recordaba, pero me alegra que vayan.
-¿Qué te pondrás ese día?- Alice rió
-Qué pregunta tan rara… un vestido que compró Chelsey por mí.
-Pues entonces nos vemos el jueves.
-Hasta entonces.
-Adiós, Alice.
Colgó. Buena pregunta. El jueves Eleanor se graduaría igual que ella. Eleanor se iba a Oxford y ella a París, tal vez por más de dos años.
Tomó su frente, aquello le cayó como un balde de agua fría.
La fiesta de graduación sin duda fue un suceso inolvidable para todos. Todos iban de traje y vestidos como en las películas. Alice se veía contenta, de la mano de Stuart en el patio trasero de la escuela donde estaban todos sentados en mesas. Eleanor y John confirmaron las rumores acerca de ellos, pues se besaron. Breana y Alice se emocionaron al verlos.
-Deberían de poner música un poco más alegre- dijo George, incómodo. Todos estuvieron de acuerdo con eso.
-Debieron de haber tocado ustedes- Sugirió Breana.
-De verdad las vamos a extrañar- dijo Paul, bajando la mirada
-Nosotros a ustedes- dijo Eleanor.
-¡Hey, Alice! Esa canción… Me encanta… ¿quieres bailar?- le pidió Stuart.
Pasaron a la pista de baile y bailaron abrazados, al igual que John con Eleanor y George con Breana, quienes, a pesar de que la canción era una balada, hacían movimientos raros y se divertían. El único sólo en la mesa era Paul, quien miraba como Alice y Stuart se veían tan enamorados. Si tan sólo él la hubiera tratado como se merecía desde un principio tal vez el que estuviera bailando con ella fuera él y no Stuart. Bebió lo que restaba de la cerveza que habían llevado a escondidas –la escuela de Eleanor y Alice no daba alcohol y tuvieron que llevarlo ellos mismos-
Siguió una canción de Rock. Alice se movía de una forma increíble. Se veía como el vestido se movía junto con ella. Paul se preguntaba si Stuart le había enseñado a bailar, pues cuando la conoció no se movía tan bien.
Minutos después, regresaron agitados de tanto bailar.
-¡Fue increíble!- exclamó la chica, exaltada pero contenta, bebiendo de su refresco.
-Se veían increíbles- dijo Paul, sin ganas.
-¿Qué tienes?- preguntó Stuart- ¿porqué no conseguiste a una chica para bailar?
-Porque hoy no tengo ganas de bailar.
La chica pelirroja de hace días distrajo la mirada de Stuart. Alice se sentó a un lado de Paul
-Ahora vuelvo- dijo Stu.
-Hoy estás espectacular, Alice.
-Gracias Paul.
Eleanor y John regresaron igual de felices después de unas canciones.
-No es tan mala fiesta después de todo. ¡Hey, mujerzuela! ¿Por qué tan triste?
-Déjame en paz, Lennon- le respondió Paul.
-¡Oh, ya sé! Estás triste por la cuatro ojos – Alice lo miró
-Cállate ya.
-¿Qué?- preguntó Eleanor.
-Sí, Paulito está triste porque no pudo decirle a Cook cuánto la amaba.
Alice abrió los ojos, como gesto de sorpresa.
-¡¡Qué?!- gritó- ¿Paul?
Paul estaba rojo de coraje por  la imprudencia de Lennon.
-Bastardo – Le dijo, molesto. Se levantó y caminó lentamente hasta la salida, pero Alice lo siguió.
-¡Paul!- le gritaba- ¡Paul, espera!- iban a llegar a la salida justo cuando Paul se detuvo, pero no para regresar con Alice.
Ella pudo ver como se detenía en seco, mirando uno de los salones. Aprovechó y llegó hasta él. Se detuvo igualmente. Mirando al salón.
Ambos veían como Stuart besaba a la pelirroja. Ambos los veían besarse.
Paul reaccionó, entró al salón y separó a Stuart, tomándolo de las solapas del saco y dándole un fuerte puñetazo en el rostro.
Alice, mientras tanto, los veía, llorando.
-¿Qué te pasa? ¡Idiota!- le gritó Stuart
-¡Muérete, Sutcliffe! ¡Muérete!- Le dijo Paul, dándole el último golpe y saliendo de ahí. Alice fue la que abandonó el lugar. Ahora Paul era quien la seguía.
-¡Cook! – La tomó del brazo y al ver que lloraba la abrazó con delicadeza.
* * * * * * * * * * * * * * *
-¡Eleanor tenía razón!
-Alice, cálmate ya, por favor…
-No puedo, Paul. Mi hermana me lo dijo, lo único que él quería era acostarse conmigo y…
-¡¿Qué?!
Alice continuó llorando.
-Es un hijo de puta…
-¿Y sabes qué es lo peor?- preguntó Alice- Que se acabó el helado- se secó las lágrimas- ¿Tienes otro, Paul?
-Iré a revisar-
Paul se levantó del piso de su sala y fue a la cocina para regresar con otro bote de nieve.
-Yo lo amaba, Paul- Alice siguió comiendo- Le entregué todo de mí.
-El idiota es él.
-¡Y tú me amas! Tal vez tú me hubieras valorado.
-Claro que sí.
-¿Porqué soy tan tonta? Tan ilusa. Tan inocente… tan… Alice…

-Cariño, deja de llorar. En dos días te irás a Francia y lo dejarás de ver. Como yo a ti te dejaré de ver…- esto último, en un susurro, con melancolía y una tristeza muy pronunciada. 

sábado, 1 de junio de 2013

Siete. Sutcliffe

-Qué inoportuno, Paul- Le dijo Stu, fusilándolo con la mirada. Alice se tocaba los labios mientras Stuart caminaba dentro del bar, porque, según Paul, John lo estaba llamando.

-Hey, Alice...- Paul se acercó a la solitaria chica. Tomó su mano lentamente y besó sus nudillos con un toque que le pareció demasiado sensual a la chica, haciéndola sonreír y sonrojarse- Hoy estás demasiado hermosa, Alice. Debo decir que me sorprendiste.
-Gracias, Paul.
-No pensé que tuvieras una figura tan escultural debajo de las ropas que siempre usas.
-Siempre he dicho que lo que menos importa es el cuerpo.
-Bueno, sí- dijo Paul- eso piensa alguna gente.
Paul le dedicó una sonrisa. Se miraron a los ojos. Oh, pero es que Paul también era demasiado atractivo. Alice no pudo resistirse a sonreír.
-Te invito un trago- le propuso Paul

Pero Stuart salió y los vio demasiado cercas, Paul tomándole una mano a la chica.
Stuart carraspeó, haciéndose notar.
-¿Qué quería John?
-Al parecer no me hablaba- le dijo Stuart. Éste se acercó a Alice y la tomó de la otra mano, jalándola levemente hacia él.
-¿Caminamos?- le preguntó Stuart. Oh no. La chica se sentía comprometida con los dos, debía aceptar el trago de Paul o caminar con Stuart.
-Ehm...
-Mi trago- le recordó Paul.
-Yo... ¿Qué tal si tomamos algo los tres? yo invito- solucionó. 
Ambos revolearon los ojos pero no podía decirle que no a alguien tan hermosa como Alice.

Entraron al bar y pidieron un trago. Estuvieron un rato así, los tres bebiendo y platicando. 
Pero Paul vio que el que sobraba era él y por su propia voluntad se fue.

-¿Qué ha pasado, Stu?- preguntó Alice
-¿De qué?
-Me besaste
-Oh- el chico exhaló- Sí. 
Alice ladeó la cabeza, esperando más palabras
-Bueno, por que... tú también querías besarme ¿o no?- esto último con un tono de alarma
-Oh, claro que sí...
-Entonces creo que besarte estuvo bien.
Alice sonrió.
-¿Porqué no lo haces otra vez?- Le preguntó. Ella misma se sorprendió de sus palabras. Stuart sonrió inmensamente y, tomándola del cuello, la besó por segunda vez aquella noche. 

* * * * * * * * * * * * * * * * *

-¡Cuéntame todo!- Eleanor entró a la habitación de Alice a la mañana siguiente.
-Me confesó que le gustaba y le dije que el me gustaba a mí, después trató de besarme pero...
-Pero...
-Le dije teníamos que esperar.
-¡¿Qué?!- gritó Eleanor- ¿Te das cuenta de que te vas a Francia dentro de dos semanas? 
-¡Mierda, Francia!- Alice se tocó la cabeza.
Chelsey y Viridiana entraron al cuarto, igual de emocionadas que Eleanor, pero a su vez, timbraron a la puerta
-No puede ser mamá- dijo Chelsey- ella se acaba de ir hace diez minutos.
-Yo iré a abrir- se ofreció Viridiana. 

Y minutos después se escuchó un grito de la planta baja, uno que decía "¡Alice, te buscan!"
Alice y Eleanor se miraron a los ojos, espantadas.
-Es Stuart- dijo Eleanor.
Chelsey caminó a la ventana de la habitación de Alice, ventana que daba a la calle.
-Sí- asintió Chelsey a las suposiciones de sus hermanas.
-Mierda, mierda, mierda- Alice salió rápido de la cama y se puso lo primero que encontró en su ropero; una falda y una playera de tirantes.
Acomodó su cabello y bajó corriendo para que, al salir, se encontrara con Stuart muy diferente a la noche anterior.
-Hey, Alice- Sonrió- Creo que es muy temprano
-Oh, no te preocupes, está bien.
-Sólo quería venir a verte- Se acercó a ella y la besó.
-Stuart, lo que te dije anoche es una tontería
-¿Qué?- preguntó el chico preocupado
-Sí. No puedo esperar. Me iré a París en dos semanas. ¿Qué es lo nuestro? ¿Es aquello que todos en el mundo catalogan y etiquetan tonta y tradicionalmente como "novios"? 
-Me gustaría. ¿Te gustaría a ti? - respondió él, sin pensarlo.
Alice sonrió.
-Sí. 
Lo besó.
Éste le ofreció su mano y comenzaron a caminar.
-No sé porqué te fijaste en mí. No soy como ... Breana o... como... cualquiera de mis hermanas.
-Eres la más hermosa de ellas.
Alice soltó a reír.
-¿Eres retrasado? Claro que no, Stuart, no digas esas cosas. Lo cierto es que desde que me he hecho más amiga de Breana y los chicos, cada vez me hago más segura de mí misma
-Y vaya que sí. Ayer lo diste a notar- Alice sonrió
-Me gusta estar con ellos. Jamás tuve amigos y lo que ellos me ofrecen parece amistad. Jamás tuve un novio y ...
-¿Qué?
Alice se sonrojó al instante.
-Sí. Jamás. Tampoco había tomado, ni fumado... Jamás llegué a las 2 de la madrugada a mi casa, de hecho jamás salí a una fiesta hasta que los conocí a ellos y a ti.
Stuart rió y rodeó sus hombros con  brazo.

Al día siguiente, domingo, ambos se vieron de nuevo. Esta vez, Stuart le entregó una carta a Alice cuando la fue a dejar a su casa a las 9 de la noche.
Sus hermanas no estaban, habían salido con una tía. Su madre estaba en el estudio, trabajando como era costumbre.

Alice subió a su habitación con aquel brillo en los ojos que comenzaba a caracterizarla desde que conocía a Stuart.
Cerró su puerta y abrió el sobre.

Alice:

Me molesta que te tortures preguntándome y preguntándote a ti misma porqué me gustas. Y es que la respuesta es tan simple porque desde que te conocí sabía que tú eras diferente. Que eras justo lo que yo necesitaba. 
No te menosprecies ni te subestimes. Eres hermosa. 
Simplemente me complementas. 

Te quiero... Stuart

Ella sonrió de una forma tan peculiar, como rara vez lo hacía.
Leyó la ... ¿carta?... de nuevo y después de guardarla se echó a leer.

Pero algo raro pasó.
Dos días después, después de la escuela, ambos entraron a un restaurante muy casero. Se sentaron y comenzaron a platicar.
Minutos después, Alice notaba raro a Stuart. Él no despegaba la mirada de una joven pelirroja que se encontraba cerca de la entrada
-¿Qué pasa?- pregunto ella
-Nada.
El tono de éste la impresionó
-Ahora vuelvo- Stuart se levantó y caminó hasta la pelirroja. Alice miró unos segundos como platicaban, parecía conocerla muy bien. Se veían un tanto irritados cuando hablaban, tal vez estaban discutiendo o arreglando algo.
Minutos después el volvió y se sentó de nuevo, tenso y fastidiado.
-¿Quién es ella?- preguntó Alice.
-Una conocida.
-¿De dónde?
-De la escuela de Artes, también es amiga de John.
-Parecías enojado ¿qué pasa?
-Nada, Alice. No hagas preguntas.

Y cuando llegó el día de su cumpleaños, después de la escuela Breana la llevó a casa de Stuart donde se encontró con una fiesta sorpresa. Donde estaban sus hermanas, Te Quarry Men, Stuart y entre más amigos que ella había estado haciendo.
La felicitaron después de sorprenderla. La abrazaron y ella simplemente no lo podía creer.
-Gracias, chicos- dijo, honestamente agradecida
Fue una verdadera fiesta. Escuchaban música, bebían, comían, bailaban. Eleanor de nuevo no se despegaba de Lennon.
Alice estaba feliz a un lado de Stuart.
Calló la noche.

La mayoría de la gente se había ido ya. Menos sus amigos. Era tarde, había sido un día muy bueno, un cumpleaños muy bueno. Habían comido pastel y había recibido algunos regalos.
-¿Me acompañas?- Le susurró Stuart al oído. Alice asintió y lo siguió a la parte alta de su casa. Entraron a su habitación y pudo ver como Stuart ponía el seguro a su puerta. La chica abrió demasiado los ojos y de pronto pudo verlo caminar lenta, muy lentamente hacia ella. La miró a los ojos y millones de mariposas volaron en los cuerpos de ambos. Ella sonrió con nerviosismo y éste la besó.
Al día siguiente no era la misma, era una Alice muy distinta. Se levantó, se puso su ropa, besó la mejilla de Stuart que apenas se despertaba.
-¿Te vas?
Alice asintió.
-Hey…- le dijo, antes de que ésta saliera de la habitación- Te amo.
Ella sonrió.