martes, 7 de enero de 2014

Cincuenta y nueve.

-Hola fracasada, sé que estás muy ocupada cuidando de tu hija pero ¿por qué no vienes un rato con nosotros?
-Breana sabes que no puedo...
-¡Ay por favor! Estamos todos, sólo faltas tú. 
-Pero tengo a Mary...
-¿Y qué? Traela, aquí está Matt también. Te esperamos aquí, en mi casa, ya... ¡Alice cuelga el teléfono! ¡Te estoy esperando!
-¡Está bien, deja de gritar!
Alice colgó, tomó a Mary y en una bolsa guardó cosas como pañales y leche. 
Subió a su auto y condujo hasta casa de Breana donde, en efecto, estaban todos bebiendo y fumando.
-¡Hey, Alice!- Ringo rodeó sus hombros y la escoltó hasta la sala- ¿Cómo estás?- en la mano tenía un vaso con whisky.
-Bien, Rich. ¿Y tú?
-Ahm, no me quejo- sonrió  como sólo Ringo Starr podía sonreír; encantadoramente- ¿Cuándo llega Paul?
-Mañana...
-¡Y tú! Oh, pequeña... ¿Puedo cargarla?- Alice asintió con una sonrisa y Ringo puso a Mary en sus brazos.
Llegaron a la sala de la casa de Breana. 
-Estamos celebrando nuestro compromiso, por eso quería que vinieras, tonta- le dijo la chica de cabellos negros- ¿No es encantador?- le mostró su anillo de compromiso
-Breana... ¿Tuviste el descaro de invitar a Richard?- le dijo Alice a Breana en voz baja, pero John escuchó
-¿Y tú tuviste el descaro de venir?- Preguntó John a Alice, sonriendo en forma de burla. 
Alice quizo golpearlo en ese instante pero se contuvo, Breana los miraba desorientada.
-Bueno... ¡Ven! Quiero mostrarte algo...- Breana tomó de la mano de Alice y caminaron unos pasos, le mostró una fotografía- ¡Mira esto! ¡Es en Surrey!
-Breana, ahí vivía con Eleanor...
-Lo sé pero jamás he ido ahí. ¡Y ahora voy a vivir con John!
En realidad le extrañaba el comportamiento de la chica, en otros tiempos odiaba el matrimonio.
-Creo que iré con mi hermana... ¿Y George?
-Oh, con Pattie. Ya sabes.
-No he tenido mucho contacto con ella.
-Pues ve a saludarla, es agradable.
Alice se encogió de hombros y camino hasta la rubia modelo que traía puesto unos lentes como adorno y estaba sentada en las piernas de John
-¡Hey, Al!- saludó George- ¿Y Paul?
-Oh, fue a Escocia por algo de Aime, creo... Hola, Pattie
-Alice...- Saludó Pattie con una sonrisa y su voz con tono dulce- ¿Cómo estás?
-Oh, bien...- Y en realidad estaba incómoda por lo que había ocurrido con John el día anterior
-¿Quieren algo de tomar?- se ofreció George
-Por favor, cariño- respondió Pattie
-Ahora vuelvo...- George se levantó de ahí no sin antes darle un beso a Pattie.
-Parece que te va demasiado bien con él- dijo Alice, cuando George se hubo ido y ésta se sentó a un lado de Pattie
-Oh, es encantador. 
-Y lo curioso es que llegaste en el momento indicado
-¿Por qué lo dices?
-Ya sabes, todos casándose, teniendo hijos... ¡Es una locura!
Pattie se calló y agachó la mirada, mostrándose notoriamente incómoda, Alice se apenó.
-¿Dije algo malo?
-Oh... No. Supongo que George no les ha dicho... A nadie.
-¿Sobre... qué?
-No puedo tener hijos.
Alice se sonrojó de vergüenza. Quiso cambiar el tema pero justo George regresó con las bebidas.
-¿Y cuándo terminarán el disco?- preguntó Alice.
-Cuando John termine su tonta película en España...
Y hablando de John: Alice pudo ver como éste le hacía señas desde el otro lado del salón.
Se paró sin decir nada y fue a con él.
-¿Qué quieres?- dijo grosera.
-¡Oye tranquila!- John rió mientras Alice entrecerraba los ojos con molestia- ¿Estás feliz por mi nuevo compromiso?- pasó su brazo por su espalda y la trajo hacia él
-¡No me toques, Lennon!- Alice se separó de él- Sí, estoy feliz, no había visto a Breana tan alegre desde hace años, incluso cuando andaba con Ringo. Pero  no me imagino como la vas a hacer sufrir.
-¿De qué hablas?
-Sí, supongo que la engañaras cada viernes o algo así.
-No, no, no. Te equivocas. Breana es diferente, es... Es como yo. Es igual de intelectual- Alice bufó y sonrió burlona- ¿Qué? Estoy diciendo la verdad. La amo. Me duele decirte esto a ti pero incluso la amo más que a tu hermana.
-Y por eso te acostaste conmigo. 
-Oye, te recuerdo que tú aceptaste.
-¡Yo me estaba negando!
-Pues tus gemidos no decían lo mismo ayer...- Alice le soltó una cachetada. Haciendo que John bajara la mirada, un tanto enojado.
-Nada de lo que pasó ayer va a salir de nosotros ¿entendiste?
John asintió.
-Y quiero que me pidas disculpas
-¡¿Qué?! ¿Por qué?
-Por...- Alice pensaba- Por acostarte conmigo.
John rió con escándalo.
-Qué patético- Y enseguida fingió una voz muy rara para decir- Alice, discúlpame por tener sexo contigo... ¿Contenta?
Alice asintió satisfecha.
-Oye, pero hablando en serio... No quiero que nuestra amistad se vea afectada con todo esto. Tómalo como... Algo leve.
Alice revoleó los ojos.
-Lo que digas, Lennon. Mientras sepas cerrar la boca- Dio media vuelta y regresó a con los demás. 


* * * * * * * * * * * * * 
Eran las diez de la mañana cuando la esposa de McCartney se venía levantando de la cama y todo por escuchar los llantos de la pequeña Mary que estaba hambrienta...
-¿Podría dejar de llorar?- pronunció Alice más dormida que despierta, acomodándose en la cama, pero, después entró en razón. Miró el reloj y se levantó corriendo al cuarto de la bebé
-Oh, no... ¡No, no, no llores!- la cargó y la arrulló mientras bajaba y la sentaba en una silla para bebés mientras le preparaba algo. Estaba estresandose con el llanto de la bebé.
Minutos después se encontraba alimentándola.
-Es tan tarde- le dijo a Mary- Tu padre llegará en cualquier momento... 
Finalizó de comer.
La tomó en brazos e intentó volver a dormirla, con éxito. 
Tomó un baño y se arregló, bastante guapa.
Apenas se ponía los aretes cuando timbraron
-Paul.
No podía dejar que el sentimiento de culpa arruinara su comportamiento con él. Tenía que dejar todo olvidado.
Bajó con lentitud. Intentaba olvidar la imagen de ella y John. Tenía que concentrarse, no podía levantar ninguna sospecha ni ningún tipo de comportamiento diferente.
Se paró frente a la puerta, se llevó una gran sorpresa tras ver por los cristales que Paul no venía solo.
Abrió.
Paul sonrió, cargando dos maletas. 
Alice los miró. Extrañada, ladeando la cabeza. 
Una que otra empleada que se paseaba por el jardín tampoco pudo evitar mirarlos. 
-Paul...- Dijo en forma de pregunta.
-Hola- dijo sonriente...- Vamos, entra- le indicó a su acompañante- Los tres entraron a la casa- ¿Cómo estás, bonita? Veo que amaneciste más guapa de lo normal, se te nota un brillo diferente en los ojos...
-¿Te sientes bien, amor? - preguntó Alice. Parada en la puerta.
-Sophia, ella es Alice. Alice ella es Sophia.
-No me dijiste que tenías una...
-¿Quieres que te muestre la casa?- le preguntó Paul y la niña asintió muy tímida. 
Paul tomó de su hombro y caminaron por toda la casa.
Alice subió minutos después con ellos pero no los encontraba, hasta que los vio una habitación después a la de Mary. 
-¿Te gusta?- preguntaba Paul, mostrándole una muñeca. La niña asentía, mostrando una sonrisa- ¿Te gusta la cama? Creo que es muy grande
-Me encanta- dijo  en tono muy bajo.
Alice carraspeó para que Paul se diera cuenta de su presencia.
-Oh...- Paul se levantó del suelo- Ahora vuelvo, ¿estarás bien?
La niña asintió, tomando su pequeña maleta... Paul tomó de la mano de Alice y salieron de la habitación. 
-¿Quién es...- Alice ladeaba su cabeza, alzaba las cejas. Paul besó su labios.
-¡Te extrañé!- la abrazó- Te extrañé mucho- la besó- ¿Qué hiciste?- la siguió besando.
-Breana hizo formal su compromiso... ¡Paul! ¿Quién es la niña? 
-Es algo difícil de explicar
-Pues...
Bajaron las escaleras y se sentaron en la sala.
-La madre de Aime me pidió que fuera porque su esposo, el padre de Aime y de Sophia las había abandonado. Son demasiados hijos, son cinco más el hijo de una de ellas. 
Alice quedó sorprendida.
-¿Es una broma?
-No estoy jugando. 
-Cinco hijos...
-El señor Seberg huyó hace una semana. Suponen que huyo porque... No están sus cosas. Y la señora no tiene cómo cuidar de su familia. 
-¿Y te pidió que cuidaras de la niña por... cuánto tiempo?
-Ese... ese es el...- Paul rascó su nuca- Es que...
-¿Qué?
-Ella...
-¿Qué, Paul? ¿Qué? ¿Ella qué?
-Se quedará por un largo tiempo...
-¿Por cuánto?
-Un tiempo... No sé, poco... Algo así como hasta que se gradúe de la universidad o se mude de la casa con una amiga suya, ya sabes como lo solíamos hacer nosotros.
Alice suspiró, incrédula. 
Se levantó del sillón y dio vueltas entre la sala. 
-¿La adoptaste? 
-Algo así...
-¿Cómo que algo así? ¡Ni siquiera es tu familia!
-Pues ahora sí- Paul se encogió de brazos. 
Alice caminaba pensando.
-No... No entiendo. Vas un viernes a Escocia y un domingo regresas con una hija de... ¿cuántos años?
-Creía que tenía siete pero tiene cinco...
-¡De cinco años!
-Oye tranquila, corazón...- Paul se levantó y la tomó de la cadera- 
-¿Qué te sucede, Paul? ¿Crees que adoptando a una niña harás obras de caridad? La niña extrañará a su madre y a sus hermanos.
-¡En eso pensé! ¡Yo no quería! ¡No quería!
El tono de las voces comenzaban a elevarse poco a poco.
-¿Entonces?
-No sabes cómo viven ellos, Alice.
-Qué lástima que cuando Aime era una puta no les dio un poco de su sucio dinero...
Paul se enfureció en un instante y alzó la palma de su mano pero se contuvo.
Alice estaba impresionada
-¿Ibas a pegarme? ¿Por decir eso?
Paul mordió sus labios de coraje, los frunció y su mano se agitaba en el aire, agachó la mirada.
-¡Hazlo!
-No sé porqué... No sé porqué tienes que ser así, Alice - dijo con voz temblorosa, conteniendo todo su coraje.
-Es increíble que no seas capaz de pegarme.
-¡Cierra la boca! A veces eres tan irritante, explotas por cualquier cosa. ¡Eres tan soberbia! ¡No sólo eres tú en este mundo, Alice! ¿Qué hay de mí? ¡Siempre has huido de lo nuestro por tu puta conveniencia, por ti!
Alice se había quedado callada, enojada, hacía todo el esfuerzo posible por mantener la boca callada, si la abría tan sólo un poco diría que se acostó con John tan sólo para arruinar a Paul.
-Te guste o no, la niña va a vivir con nosotros.
No pudo más.
-¡¿Qué?! ¿Y... -agitaba sus manos- se supone que dejarás tu trabajo para cuidar a una niña de siete años?- le gritó- ¡Porque si dejé mi trabajo para cuidar a una desconocida en ese caso...
-¡Ay, Alice! Por favor, deja de ser tan materialista...
-¡Ja! Un beatle hablando de materialismo! 
-¡Ah! Estoy tan harto...
-¡¿harto de qué?! ¡Yo no cuidaré a esa niña! Y si es así...
-¿Si es así qué? ¿Eh? ¿Qué? ¿Me vas a dejar? ¿Vas a huir otra vez? ¿Vas a volar a París? ¿Qué vas a hacer? ¡Oh! ¡Ya sé! ¡Las vas a matar! 
Paul había ido demasiado lejos. Alice comenzó a llorar. No quería hacerle daño a Paul, no podía decirle que se había acostado con John pero había llegado demasiado lejos.
-Es increíble- dijo Alice después de secar sus lágrimas... Dio media vuelta y estaba dispuesta a caminar directo a cualquier lugar que no fuera ahí.
-¡Y ahí estás huyendo otra vez!
-Paul, déjame en paz- Alice se zafaba de las manos insistentes de Paul. 
-Alice...- decía más tranquilo, cayendo en la cuenta de lo que le había dicho.
La chica subía lentamente las escaleras
-¡Alice!- gritaba Paul desde abajo.
Minutos después la chica salía de la casa con un abrigo.
-¿A dónde vas?- preguntó Paul
-¿Qué te importa? 
-¡Alice! Perdóname, estaba enojado, no quería decirlas las cosas que dije
Cerró el portón en su cara y salió.
En otros tiempos, la antigua Alice hubiera salido de ahí con dos maletas, pero ese día sólo desapareció por toda la tarde y la mitad de la noche.

Eran las 3 de la mañana cuando regresó y encontró a Paul sentado, esperándola. 
Se miraron. 
-Oye, yo...- se levantó de donde estaba y fue hacia ella
-No digas nada- le pidió la chica, levantando su mano- Quiero ir a dormir.
Ambos subieron y se recostaron en la cama, Alice le daba la espalda.
Paul intentó abrazarla pero la chica se quitaba.
-Perdón- le dijo Paul.
Alice comenzó a llorar.
-No llores...- Intentó abrazarla otra vez y esta vez aceptó. La abrazaba con ternura- Estaba enojado. Muy enojado. No quería decir cosas que te hirieran. Sabes que te amo...
-Cállate.
Paul decidió guardar silencio.
Alice había pensado que la niña no tenía la culpa de nada, que debía estar pasando un momento difícil así que no debía tratarla mal, había analizado las cosas y debía ceder al menos por unos días mientras pensaba en una solución que no fuera vivir lejos de su madre. 
Pero aquella discusión con Paul fue demasiado en un día. 
No quería estar mal con él, no quería arruinar todo, tenía que controlarse. No quería pelear con él.
Sabía cómo era Paul y sabía que jamás hubiera tenido intenciones de ofenderla.

Recordó aquella vez en París, la premier de su película, Paul no había ido pero había llegado en la madrugada empapado por la lluvia con un ramo de rosas. 
Él no quería herirla, eso pensaba la chica.
Volteó a mirarlo  y en sus ojos veía claro arrepentimiento.

2 comentarios:

  1. Uuuuuuuffff, que nerviosa me puse, pensé que le soltaría lo que paso entre John y ella.
    Me alegra que los dos comiencen a cambiar aunque sea un poquito jaja.

    Cuídate mucho. Un beso. :)))

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  2. ¡Qué capitulo! Joder, juro que me encantó, me imaginé todo-todo. Hasta las expresiones de Paul, el hijo de su madre Mary por querer pegarle, pero es que Alice, ahh... No sé(??)

    Tienes que subir pronto.
    Cuídate
    <3

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