domingo, 29 de diciembre de 2013

Cincuenta y cuatro.

-Lo que te quería decir ayer era que... Bueno... ¿Quieres casarte conmigo, Alice?- preguntó Paul, abriendo la pequeña caja azul y dejando ver un reluciente anillo de compromiso, más caro que el primero e incluso más caro que el de Aime.
-¿No te cansas de derrochar dinero?- Alice comenzó a reír desesperadamente, sonrojándose.
-¡¿Por qué te ríes?!- preguntaba Paul, sonriendo
-¡Paul! 
-¡Alice deja de reír!
La chica intentó calmarse y después de un rato se controló notando la mirada incómoda de Paul
-Lo siento, te lo juro, lo siento pero...- suspiró, movió ambas manos frente a su cara para brindarse un poco de aire- Pero...- cubrió su cara.
-¿Estás bien?- Paul no paraba de sonreír. 
-Lo siento, sí, estoy bien. Es que... Eres demasiado raro Paul.- Pasó su brazo tras el cuello del chico
-¡Mira quién habla!...- Guardaron silencio unos segundos...- ¿Y ... qué dices?
Alice volvió a mirar el anillo y volvió a reír pero tan sólo levemente. 
-No sé qué decir. Esto es demasiado distinto a hace más de dos años...- Miró al suelo- Y sabes que, siempre te he amado Paul y que a pesar de todo lo malo que hemos pasado y todo el daño que te he hecho...
-No es momento de recordar cosas malas. Sólo responde si quieres ser mi esposa o no- Éste acarició su mejilla.
-Realmente me encantaría.
Ambos se miraron y acto seguido; se besaron lentamente, cerrando los ojos y disfrutando.
-¡Pero ve este anillo Paul!- Alice rió- Ahora que se de anillos sé que estuvo carísimo...
-Creída. 

                                                                         * * * * * * * * *

Meses habían pasado y ahora se encontraban grabando Revolver. Si sentían que habían experimentado con Rubber Soul, Revolver pasaba a ser el álbum al que más dedicación le estaban poniendo. 
Era una mañana de abril, en las primeras grabaciones del nuevo disco. John estaba demasiado emocionado y ahora que ya no hacían giras tenían todo el tiempo del mundo.
-Hey, Paul... Traes a Mary...- John se acercó a Alice y Paul cuando vieron que entraban al estudio con Mary en brazos.
-Sí, a la tonta de Aime se le ocurrió encargármela justo hoy, otra vez como es constumbre.
-Oye relájate- George se encaminó hasta ellos- Te estábamos esperando para grabas tu canción.
-¿Eleanor Rigby? 
George asintió 
Alice se sentó un un sillón
-¿Y Brian?- preguntó
EN EL ESTUDIO ;3
-Llegará en un rato...- respondió Ringo
-¿Ya saben el favor que me quiere pedir?
-Sí, es algo sobre la portada del disco- seguía explicando Richard.
Y hablando de él, Brian entró al estudio.
-¡Alice! Qué bueno que has venido... - Alice se paró y se saludaron calurosamente- ¿Cómo estás?
-Bien ¿qué se te ofrece?
-Quería que te encargaras de la portada del nuevo disco...
-Oh, volver a los viejos tiempos- rió.
-Claro- se metió John- Si no estás demasiado ocupada con tu boda
-Idiota. ¿Y tú? ¿Con tu nueva novia? ¿Has olvidado a mi hermana?
-¡Basta! ¡Basta!
Ambos se hicieron gestos.
-Sí, no te preocupes Brian...
Un hombre entró al estudio, tal vez era algún encargado de los estudios o algo así, pero era desconocido por todos.
-¡Paul! ¡Paul!- había entrado gritando y asustado y agitado- ¡Paul!
-¿Qué pasa?- todos lo miraban 
-Te busca un hombre en el teléfono, tiene noticias de Aime...- Paul siguió a ese hombre corriendo hasta una oficina donde había un teléfono descolgado.
-¿Hola?- Alice había ido con él y miraba su expresión...- Sí...- Paul pasó su mano por su frente y la talló. Después colgó con agresividad. Se sentó en una silla y puso su cabeza entre sus brazos.
-¿Paul?...- Alice se acercó a él. Se hincó y escuchó que lloraba- ¡Paul!- Lo movía del brazo- Paul háblame... ¿Qué pasa?- Paul no paraba de sollozar- ¡Paul!
-¡Atropellaron a Aime!- Le respondió, dándole la cara y dejando ver su cara debastada- Atropellaron a Aime y ella...- tartamudeó, no podía hablar- Ella... Murió.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Cincuenta y tres.

Ambos estaban en el sillón frente a la fogata, descansando un rato de limpiar toda la casa, agotados. 
Pero unos golpes en la puerta rompieron el silencio al que sólo contribuía el quemar de la leña.
Alice se paró a abrir y en la puerta apareció su hermana.
-Listo- dijo sin remordimiento, mostrándole un acta de divorcio. La chica la miró, sorprendida.
-¡¿Qué?! ¿Pero, cuándo?
-Hoy en la tarde.
-¿Y Matt?
-Se quedará conmigo, obvio...
-Pasa...
Ambas entraron y Paul tuvo que incorporarse, saludándola. 
-Pareciera que te atropellaron... ¿estás bien?- preguntó
-Excelente- dijo con sarcasmo
Alice le hizo señas para que ya no dijera nada.
-¿Y dónde te quedarás?- preguntó su hermana
-Bueno, pensaba quedarme aún hoy en la casa... De todos modos ya he comprado un departamento, cerca del centro, está todo listo para mudarme pero... Quiero que Matt pase tiempo con su padre
-El pequeño ya mero cumple 2 años.
-Sí- Eleanor sonrió. Alice la abrazó a modo de consuelo pero el orgullo era de familia, así que no duró demasiado aquél abrazo. Eleanor se dispuso a preparar té mientras los otros dos veían televisión.
-Les ha quedado fantástica la casa- les dijo, poniendo la charola con té y galletas sobre una pequeña mesita en medio de la sala.
-Ya extrañaba este lugar- dijo Alice, sonriente.
-Pensé que regresarías a vivir con Paul- dijo Eleanor y a los pocos segundos notó las miradas incómodas de ambos, sintió que había sido demasiado imprudente y se quedó callada.
-¿Qué sabes de Breana?- preguntó Alice
-Va muy seguido a mi casa, toda esta semana ha ido a visitarnos...
-¿Y está bien?
-¡Sí, claro! Ya sabes cómo es esa mujer, no para de reír y ser tan... ella... ¿No has pensado en algún proyecto? Tal vez me podrías meter en tus asuntos
-¡Eleanor! ¡Eleanor Cook! ¿Tú? ¿Actuando? 
Se encogió de hombros
-Sería una estupenda idea- añadió Paul, para encajar en la plática.
-Lo que sea es bueno, hermana. Necesito dinero. John me dará las sobras de su dinero pero no me va a bastar.
Alice rió.
-Veré que puedo hacer. Yo estaba tomándome unas vacaciones. No he actuado en una película Inglesa, siempre he hablado en francés...
-¡Oh, por favor! ¿Qué tan diferente puede ser?
Tenía razón.
La televisión sonaba, Eleanor sentía que debía marcharse.
-Me voy...- se levantó de ahí- Tengo que ver a mi hijo, John pudo haberle dado de tomar una cerveza o algo así.
Paul rió.
Alice se levantó y la acompañó hasta la puerta, dándole un abrazo
-Sabes que aquí estaré para lo que necesites.
-Gracias...- sonrió y se fue.

-A veces me preocupa mi hermana...
-Deberías de preocuparte primero por decirme bien lo de tus pastillas.
-¡Ya te lo dije!
-No me basta, Alice... Ven...- Paul señaló un lugar junto a él- Ven...
La chica se sentó y sonrió.
-¿Recuerdas la boda de George y Pattie? Me dijiste cosas hermosas. Me dijiste que te querías casar.
Alice se puso nerviosa.
-Y yo realmente quiero pasar el resto de mi vida con quien sí amo...- Ambos sonrieron... Ella se acercó para darle un beso pero el timbre sonó de nuevo.

-Aime...- se hizo a un lado para que pasara- Qué sorpresa... ¡Y trajiste a Mary! 
-¿Y Paul?
-En la sala...
Ambas entraron.
-Aime...- Paul se levantó- Creí que te ibas a Escocia. 
-Sí, bueno, y no a tu granja.
-Y...
-He venido a traerte a tu hija- La puso en brazos de Paul y comenzó a llorar.
-Pero...- Y la maleta en los brazos de Alice.
-Me iré unos días a Italia, ya sabes, vacaciones
-¡Pero yo tengo que grabar! No la puedo cuidar.
-Olvidaba que eres un Beatle- rió- Pues que tu novia te ayude...- Se dirigió a la puerta
-¡Aime! ¡No seas así! ¡Teníamos los planes ya! ¡Habías acordado todo! Yo tengo trabajo y...
-Lo siento, Paul...- Salió de la casa, la niña no paraba de llorar.
-¡Genial!- gritó, enojado- No tengo idea de como cuidarla...
-No me mires a mí, muy apenas puedo cuidarme yo...- Alice dejó la maleta en el sillón, Paul cargaba a Mary y la movía de un lado a otro.
-¡Dios, por qué no se calla!
-¡No la muevas como si fuera...- Alice se levantó... A ver...! - Se la quitó de los brazos y la cargó.
-¿Por qué llora?
-No lo sé, Paul. Seguramente quiere estar con Aime.
-Esa hija de puta.
-Tranquilo...
-¡¿Cómo se le ocurre dejarmela!? ¡No puedo cuidarla! ¡Mañana tengo que estar en el estudio y saldré en la madrugada!
-Yo...- Alice suspiró- Te puedo ayudar...- Lo hacía por él.
-¿En serio?
-Claro. No tengo nada que hacer mañana. ¿Cuántos días estará aquí?
-No lo sé... Y muchas gracias.
La bebé se empezaba a calmar y de minutos más tarde dejó de llorar.
-¿Cómo le hiciste?- Preguntó Paul. Alice se encogió de hombros- Entonces se tendrá que quedar aquí contigo, hasta mañana.
-¡Oye no! Es tu hija. Tienes que estar con ella.
-No puedo traértela en la mañana.
-¿Qué jamás la cuidaste?
-Pocas veces... 
-Deberías de acercarte más a ella. Debe tener hambre.
-Entonces me quedaré aquí hasta mañana.
-Excelente idea- Sonrió Alice.
Cuando fueron a dormir, hicieron un espacio en la cama para que Mary durmiera. Fue demasiado irónico.
Alice no soportaba a ningún tipo de niño y ahora estaba cuidando a una bebé ajena. También fue demasiado romántico, Paul abrazó a Alice a la hora de dormir.
-Aún no terminaba de decirte...- le susurró al oído.
-Despertarás a Mary. Dímelo mañana- contestó Alice.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Cincuenta y dos.

En efecto, Paul no perdió el tiempo.
-Wow...- ambos entraron a lo que era la antigua casa de Alice cuando vivía en Londres, antes de vivir con Paul- Este lugar está lleno de polvo... Tardarás años en limpiarlo.
-No si tú me ayudas...
-Me gustaría pero después empezaré a estornudar como loco y...
-Vamos, no pongas pretextos- Rió Alice y Paul sonrió.
Dejaron las tres maletas en el suelo y comenzaron a merodear por la casa, quitando las sábanas que cubrían los muebles.
-Olvidaba lo linda que era... ¿Sabes? Tengo hambre, deberíamos de ir por algo de comer...
-Pero perderemos más el tiempo... Bueno, en realidad yo también tengo hambre...
Alice sonrió, tomó su mano y se dirigieron a la puerta y salieron, la chica entró al auto pero al percatarse que no traía su bolsa...
-¡Paul, espera! ¿Puedes ir por mi bolso que se quedó en la sala? 
Éste asintió y volvió a entrar a la casa y en un intento de tomar el bolso de la chica lo tiró al suelo, haciendo que todas sus cosas se cayeran, entre todo eso se cayeron dos frascos de medicina. Las leyó y comprendió el todo de su comportamiento. 
Le daba risa porque antes pensaba que Alice estaba loca y casi acertaba. Pudo deducir que la fórmula de esos medicamentos eran para los nervios o algo relacionado con la cabeza, lo sabía porque su madre tomaba algo así cada que tenía una crisis nerviosa...
Guardó todo lo que se había caído y salió y se lo dio a Alice.

Entraron a un restaurante. Y bueno, era de esperarse; un Beatle y la mujer más famosa de Francia que anteriormente era su prometida juntos en un restaurante, atrajeron a la prensa en menos de diez minutos y no se diga de las fans que les pedían que volvieran y bueno, minutos después al fin pudieron comer a gusto.
-Alice, he visto las pastillas de tu bolsa... ¿por qué las tomas?
-Qué indiscreto, señor McCartney- Alice ladeó la cabeza...- Me gustaría hablarte de eso- se limpió la boca- pero no creo que sea el momento... 
-Bueno, tendremos tiempo. ¿Te gustó la fiesta de ayer?
-Espléndida. Ya me hacía falta verlos.
-Bien y ahora que hemos comido... Vámonos...- Se levantaron después de pegar la comida y regresaron a la casa de Alice.

Había, claramente, un olor a polvo muy exagerado. Tendrían que limpiar muy bien... 
-¿Qué te parece si empezamos por... la cocina?- preguntó Alice, quitándose el abrigo, entrando a la cocina, recargándose en la estufa...- No es demasiado, creo que finalizaremos en...- Unas manos se posaron en su cintura...- Finalizaremos en unas horas...- Y de pronto una respiración subía de sus hombros hasta su cuello, le daba la espalda a Paul, pero no había espacio entre ellos.
Alice cerró los ojos al sentir como Paul respiraba todo su aroma, tomó con fuerza su cintura y le dio media vuelta para quedar de frente. Sus narices chocaron. Se miraban a los ojos. La respiración de la chica se aceleró, posó ambas manos al rededor del cuello de Paul, se estiró un poco para darle un beso pero Paul la esquivó, lenta y sensualmente, pasando la orilla de sus labios y la punta de su nariz por sus mejillas. 
-Paul... Bésame...- Le susurró...
Sintió los dedos de él hundirse en su cabello mientras besaba su frente y la abrazaba con fuerza. No la besó.
Pero, abrazados, pensaron que el mundo se terminaría.
No supieron cuánto duró ese abrazo... Todo se interrumpió con una frase
-¿Me contarás lo de tus pastillas?...- Se separaron, Alice suspiró; si quería empezar de nuevo con Paul tenía que calmarse y evitar las peleas. Tomó su mano y fueron a la sala.
-Bueno, Joe, mi amigo, me aconsejó ir al doctor hace tiempo, tal vez un mes y pues fui y ... Sí.
-¿Pero por qué?
-Me veía muy histérica...
-¿Más?- rió Paul y Alice lo miró con sarcasmo
-Sí, ya sabes, me dieron unas cuántas crisis nerviosas y entonces me convencí de ir.
-¿Te dan crisis nerviosas?
-Ya no tanto- Alice sonrió- Estoy tranquila, más que antes... Porque... porque te tengo
Ambos sonrieron, el corazón de Paul palpitó con rapidez.
-Sabes que quiero estar contigo...- le dijo él.
Alice tomó su mentón y le dio un beso.
Pero lo que Paul no sabía es que todo eso era porque realmente había matado a su madre y a su hermana. Que siempre había actuado así de raro por lo mismo, nunca quiso tener al bebé, siempre cambiaba de humor muy rápidamente y siempre actuó así por todo lo que ella había pasado.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Cincuenta y uno. Regresó :B

Era una extraña coincidencia que John se haya encontrado con aquella muchacha. No la había visto desde la boda de George, recordó qué tan buenos eran los tiempos con ella cuando eran jóvenes y se la pasaban burlando de la gente, fumando y tocando rock and roll.
-¿Entonces dices que volverás a vivir aquí?
-Sí, de hecho he venido a buscar alguna casa, mientras me estoy quedando con Paul y Aime... ¿Te digo algo? Su matrimonio es un asco
-Tú siempre tan sincera y tan... cruda.
Breana rió y... John no pudo evitarlo hacerlo también, ya que él era igual.
-Es la verdad, lo único que ata a Paul a ella y viceversa es la bebé.
-Bueno, en esto nada es eterno. No me creerás si te digo que yo estoy igual.
-¿Con Eleanor y Matt?- John asintió. 
Habían llegado al fin a su destino.
John abrió la puerta de ese café cerca del estudio. Había poca gente esa fría noche de Febrero.
Ordenaron dos tés y siguieron platicando.
-Es difícil escucharlo, más porque Eleanor es mi mejor amiga...
-Es cruda la verdad y me duele... A veces me desespera demasiado salir del estudio y volver a casa
-Creo que suele pasar.
-No quiero hablar de eso ahora...- Llegaron los tés. John sonrió y dijo- Justo cuando te vi me puse a recordar todo lo que solíamos hacer
Breana sonrió, mostrando una hilera de dientes blancos entre esos labios de rojo intenso.
-¿Cuándo? ¿Cuándo eramos adolescentes?
John asintió
-Dios... Qué tiempos más buenos.
Y así surgió una charla de recuerdos entre dos viejos amigos. Nadie sabía que Breana había vuelto a Londres para quedarse.


* * * * * * * * * * 
Pero mientras Alice se encontraba relajándose en su departamento, en París, después de haber concluido otra película más. 
Cambiaba los canales de televisión y escucho algo que no había creído antes aún viniendo de Paul. Los Beatles terminarían con sus giras muy pronto.
-¡¿Qué?! ¡Mierda!- escuchó la noticia con atención y después apareció Brian en una conferencia de prensa.
Cambió de canal.
Y no sirvió de mucho ya que enseguida hablaban de la ruptura de Aime con Paul.
-¿Entonces han terminado mal?- preguntaba una reportera a Paul fuera de los estudios Abbey Road.
-Oh, no, hemos terminado muy bien...
-¿Qué pasará con su hija?
-Creo que... Será bueno que le pregunten eso a ella... Gracias...- Paul se alejaba de la bola de reporteros y enseguida apareció una conductora en la televisión especulando sobre esta entrevista. 
Cinco canales más adelante y era lo mismo pero ahora era la versión de Aime.
-Paul y yo nos amamos, en verdad que nos amamos, sino ¿por qué tuvimos una hija?
-¿Entonces por qué se separan?- le preguntaban
-Por... El trabajo
Respondió Aime
-¡¿EL TRABAJO!?- Gritó Alice- ¡Idiota!
-La bebé estará con ambos, no queremos que sufra...- Continuaba mintiendo Aime. 
Alice no pudo soportar más y apagó la televisión.
Tomó el teléfono y le marcó a su hermana

-¿Eleanor? 
-Alice...
-Acabo de ver la televisión. Ya se hizo publico lo del divorcio de Paul y Aime.. ¿no?
-Sí, justo esta tarde. Todo Londres habla de eso
-¡Todo el mundo!
-Y pronto será sobre John y yo...
-¡¿QUÉ?!
-Nos separamos, Alice.
Alice se echó a reír
-¡Carajo! Todos allá están hechos mierda ¿eh?
-Sí, algo así. Pero la verdad es que estamos haciendo lo que debemos hacer. Cuando termine todo esto de nuestro divorcio me mudaré tal vez a París, contigo o en otro lugar...
-Sería un honor hermanita, pero... en realidad... Me mudo a Londres.
Eleanor se sintió muy feliz
-¡Ya era hora! ¡Carajo! Pensé que jamás regresarías... Incluso empezaba a creerte tu cuento de niña orgullosa y todo eso- Alice rió- Además es perfecto porque Breana también está viviendo aquí...
-Pues entonces me voy... Nos vemos pronto, hermana. 
-Avísame si quieres que pase por ti a algún lugar o si no tienes dónde quedarte
-Me quedaré en mi vieja casa... Tal vez me voy en una semana o dos...
-Hasta entonces... Tengo que colgarte.
Eleanor colgó al escuchar el llanto de Matt 

-¿Con quién hablabas?- preguntó John, que recién acaba de llegar del café con Breana
-Con Alice
-No me mientas...
-¡Era Alice! John no tengo tiempo para volver a discutir con quién estaba hablando por teléfono, tu hijo está llorando.


* * * * * * * * * *

Paul estaba festejando esa noche su divorcio con Aime. Estaba más que feliz. Su plan era regresar con Alice. Le parecía difícil pero sentía que ahora tenía todo el camino libre.
Ringo y él se encontraban en un bar muy exclusivo bebiendo entre música, cigarros, algunos amigos y algunas chicas que pasarían a ser las primeras en la lista post-nupcial de McCartney.

* * * * * * * * * *
Y por fin el día del regreso llegó.
Era una mañana soleada en Londres, Alice traía tres enormes y pesadas maletas. Estaba en la sala de espera del aeropuerto firmando autógrafos a la gente que la reconocía mientras esperaba a su hermana y a su amiga.
Por fin llegaron. Un empleado del aeropuerto se ofreció a subir las maletas al auto de Eleanor. 
Se abrazaron y festejaron el regreso de Alice
-Espero que esta vez te quedes para siempre
-Ese es el plan...
Alice iba espléndida. Había vuelto a Londres más decidida y segura que nunca.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Cincuenta.

Era 1966. 
-¿Ya has visto lo hermosa que luce Pattie?- le preguntó Breana a Eleanor.
-Sí, es una lástima que no haya podido ser una gran boda, de nuevo.
-Eso es lo que pagan por casarse con un Beatle- dijo Breana, burlona-
-Hablo enserio. Te estás quedando muy atrás... Mira la cara de esa mujer- señaló a Aime, quien cargaba a su bebé mientras la veía con ternura- su bebé es la cosa más linda que haya visto después del mío.
-Hey ahí están...- Era Ringo- George y Pattie las buscan para tomarse una foto
-¿A nosotras?- Dijo Eleanor
-No, sólo a ti...
-¿Y John?
-Oh, está con ellos y Matt...
-Ok, iré...- Eleanor se alejó en busca de los demás.
-Iré por más vino...
-¡No, Breana, espera!- Ringo la tomó del brazo
-¿Qué quieres, Ringo?
-Luces hermosa hoy.
-Gracias.
-¿Quieres bailar un poco?- Breana miró la pista de baile
-Me parece que no hay nadie.
-Podríamos empezar nosotros... Vamos, dime la canción que quieras y la pediré.
Breana sonrió.
Habían terminado su relación hacia ya casi un mes, infidelidades de Ringo, otra vez.
-Sabes... estoy muy cansada por lo de ayer y ahora quisiera tomar mucho vino. Creo que Alice me está esperando así que...- Breana se abrió paso entre Ringo y fue a sentarse con Alice. 
Era el jardín de la casa de Brian donde habían organizado una pequeña fiesta porque ese día George se había casado con la modelo Pattie Boyd.
-¿Y Michael? ¿No pudo venir?
-Breana, ya no es Michael. 
-¿Y ahora?
-Es Jake... es inglés... y...- Alice sonreía.
-¡Ahí están! ¿Han visto a Aime? 
-No, Paul. 
-Necesito darle a Sophy, ya me cansé.
-Dame, te ayudo...- Alice extendió sus brazos y sostuvo a la bebé de 7 meses.
Paul se sentó a su lado al mismo tiempo que Breana se levantaba por ir por más comida.
-Está agradable la fiesta- dijo Paul, buscando vino o algo de tomar en la mesa, mientras Alice jugaba con las manos de la bebé.
-Sí, una muy buena fiesta...
-Le caes bien, ve la sonrisa que pone al verte
-Es hermosa. Tiene toda tu cara... 
-Oh, no, se parece a Aime.
-¡Por favor! Ve su nariz ... el color de sus ojos y sus labios... El cabello...
Paul sonrió
-Hice un gran trabajo
Alice rió.
-¿Dónde está Jake?
-No pudo venir, está grabando.
-Deberías de darte un descanso ¿no crees? Llevas casi dos años trabajando sin parar.
-Me lo daré cuando tú lo hagas.
-Pues estamos apunto de terminar con las giras para siempre.
-Hasta entonces.
Ambos sonrieron.
-Hey...- Aime llegó a con ellos- Mi bebé- la sostuvo, quitándosela a Alice- ¿Cómo está?
-Bien, pero creo que tiene hambre- respondió Paul
-Ahora vuelvo...
Ahora sólo eran ellos dos.
-¿Te digo algo, Paul?- preguntó Alice
-Dime.
-Me quiero casar.
Paul rió muy escandalosamente
-¡No te rías!- Alice también rió- Lo digo enserio... Todos se ven tan felices con hijos y con esposas...
-Pues no es lo que parece con todos, yo, por ejemplo, estoy en trámites de divorcio.
-¡Ay, por favor! Yo sí hablo enserio, tú no bromeés.
- Yo tampoco estoy jugando. Nadie lo sabe.
-¿Y por qué dices eso? ¿Qué pasa?
-Es algo muy ... raro de contar. Pero... ya sabes... Desde un principio las cosas no eran lo que esperaba. Ahora te doy toda la razón, te comprendo cuando no querías casarte conmigo. El matrimonio lo arruina todo
-No digas eso, me haces sentir como si tu hija fuera la culpable de todo
Paul rió después de haber puesto un semblante nostálgico
-¿Sabes qué creo, Paul?- Alice tomó su mano y la acarició- Creo que jamás pudieras haber sido feliz con alguien a quien no amaras.
Y, exactamente, Alice le decía que volviera con ella, sí, literalmente y muy lejos.
-Tú estás en tramites de divorcio y yo... - continuó- Yo amo a tu hija.
-Alice...- Paul la volteó a mirar muy sorprendido- No puedo creer que tú estés diciendo ésto.
-Estoy sentado cabeza, Paul. Ya tuve lo que quería. Tengo fama, dinero, trabajo, estoy realizada... Pero algo me falta. También me he cansado de cambiar de novio como de ropa interior. Y después de haber probado de todo, ahora sé lo que quiero, lo que antes tuve y ahora quiero de vuelta...

Paul sonrió.
Parecía mentira que le estuviera diciendo todo eso. ¿Cómo debía reaccionar?
-¿Sabes que quiero yo?
Alice alzó las cejas.
-Ir a mi casa... A nuestra casa...
Alice sonrió.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Cuarenta y nueve.

Un hombre de un metro ochenta y cinco de altura, ojos azules, cabello claro, tez blanca, fornido, expresión seria. Sergey Koslov.
-Ahí está...- Dijo Alice. 
Habían cambiado la cita para algo más formal, en lugar de un café, escogieron un restaurante con cortes españoles a las 9 de la noche. Algo demasiado formal, pero Aime ya se estaba acostumbrando a esos ambientes.
Aime lucía una blusa color verde seco de mangas largas y escotado con un pantalón negro, debo aclarar estos detalles por la siempre competencia que tenía Alice a la hora de vestir, por que, al contrario, ésta vestía un vestido soberbio color negro. 
-Paul, al fin llegan- besó su mejilla y se colgó de su brazo- Vengan...- Caminaron- Sergey, él es Paul y su esposa Aime, Paul él Sergey. 
Estrecharon las manos.
No se dijeron ni una palabra, cosa que incomodó el ambiente.
Se sentaron, miraron el menú y ordenaron. 
-Y... Cuéntenme, ¿cómo están?- preguntó Alice para romper el hielo
-Bien, gracias- respondió Aime, con una sonrisa sencilla y espléndida como siempre. Paul no dejaba de ver a Sergey, que, éste, a su vez, leía un folleto. 
-¿Y tú, Paul?
-Oh- dejó de observarlo- Bien-  bebió del vino, se tragó la copa de una sola probada. 
-Hey, ten cuidado amigo, ese vino es fuerte- le dijo el ruso.
Paul no respondió.
-¡Vamos! Conversen. Quería que se conocieran... Cariño, ¿ya te conté sobre el nuevo disco de los Beatles?
-Sí, lo has hecho ya dos veces. 
-Vamos, cuéntale lo de la sitar, Paul.
-Fue idea de George- dijo éste.
-¿Y para cuándo sale el bebé?- preguntó Sergey.
-Oh, faltan tres semanas- dijo Aime con una pizca de alegría. 
-Te notas feliz
-Lo estoy. Y Paul también. 
-¿Cuánto llevan en su relación?- preguntó Paul.
Los platillos aparecieron.
Todos agradecieron.
-Dos meses- respondió Sergey.
-Cariño, llevamos tres...- corrigió Alice. Fingió una risita- Siempre se le olvidan las cosas, es muy distraído.
-Me contaste que ya vivían juntos- Dijo Paul, cortando un pedazo de carne- Y con apenas tres meses. 
Ambos se incomodaron.
-No es nada malo. Simplemente se nos ocurrió.
Todos comenzaron a comer. 
La cena se tornaba aburrida. Paul hervía en celos cada vez que veía que Alice y Sergey se miraban o se sonreían. Pero a la vez, hervía en felicidad al sentir el roce del pie de Alice en su pantorrilla bajo la mesa. 
Acabaron de cenar y el ambiente se relajó un poco más.
-Si me disculpan, iré al tocador- dijo Aime, levantándose
-Yo también- dijo Alice, apropósito, para dejar solos a los dos. 
Las dos chicas se retiraron al tocador, Alice sonrió satisfecha.

* * * * * * * *
-Es agotador, ¿no?- preguntó Alice, lavándose las manos mientras veía por el espejo cómo Aime salía de uno de los servicios
-¿Qué?...
-Estar embarazada
Aime abrió la llave
-Sí, pero es hermoso...- 
Alice volteó a verla y dijo
-¿Sabes? cuando Paul y yo estábamos esperando a nuestro bebé... Eramos...- se puso a recordar- dentro de todo, eramos... felices.
Aime sonrió, incómoda. Sin saber qué decir. 
-Será mejor que volvamos a la mesa...
-No, espera- Alice la tomó del brazo y la trajo hacia ella para darle un gran abrazo. Aime no sabía el porque de aquel acto, pero, un tanto extrañada, le correspondió.
Salieron de ahí. El restaurante era inmenso, pero cuando se fueron acercando a su mesa pudieron ver como Sergey y Paul discutían.
-¿Qué pasa?- preguntó Alice, sentándose a un lado de su novio.
Ambos se quedaron callados, ambos estaban sonrojados del coraje, más Paul...
-Alice, ven conmigo...- Le pidió Paul y ambos se levantaron de la mesa.
Sergey los miraba con ojos llenos de coraje, los miraba alejarse de la mesa y entre tanta gente los perdió de vista.
-¿Qué pasa?- preguntó Alice, cuando estuvieron muy lejos de la mesa.
-Pasa que tu novio cree... cree que...- Paul comenzó a reír.
-Estás derivando. 
-Cree que no te puedo tener. 
Alice frunció el entrecejo. 
-Y de hecho no puedes- contestó.
Lo que siguió de eso fue, sin duda, lo más raro que pudieron haber experimentado entre los dos, quizás haya sido a causa del alcohol que comenzaba hacer efecto en Paul.
Si bien no estaban a diez metros de los servicios masculinos, Paul jaló de la muñeca de la rubia mujer y la encerró en uno de ellos. Solamente se pudo escuchar el bajar del cierre del pantalón de Paul. 
Fue lo más agresivo, brusco y anormal que pudo hacerle a la chica. Pero, vaya, fue lo mejor que le había pasado en al menos un mes.
Se escuchó la puerta abrirse. 
-¡Alice!- gritó alguien afuera. 
A ellos no les importó, pero un minuto más tarde, alguien golpeó a la puerta de aquel baño.
Alice salió acomodándose el cabello y Paul la camisa y todo, de cierta forma, era tan cómico.
Pero vaya bofetada que le esperaba a Alice apenas abrió la puerta.
Era Sergey y le había golpeado en la mejilla hasta dejársela roja y casi tumbarla al piso, sino hubiera sido porque se agarró de la barra de los lavabos. 
-¡Ramera!- le gritó. Estuvo a punto de soltarle otro golpe, pero Paul lo detuvo y al contrario, le soltó un puñetazo en la cara y lo tiró al piso.
-Idiota...- Le dijo. 
Escupió en su cara. Tomó de la mano de Alice y salieron de ahí.
-¡Aime!- Ésta volteó- Nos vamos...
-Pero...
-¡Nos vamos!- Aime se levantó de su lugar y los siguió. Los tres se subieron al auto. 
-¡Alice!- Gritó Sergey, desde la puerta del restaurante- ¡Alice baja de ahí!
Paul abrió la puerta para bajarse de nuevo.
-No, Paul, no bajes...- Alice intentó detenerlo
-¡Eres un maldito...- Paul lo volvió a golpear.
-¿Creíste que no podía?- le gritó- Olvídate de ella- Lo volvió a golpear.
Alice se bajó del auto y lo intentó detener
-¡Paul déjalo ya!- decía, con angustia, apunto de llorar de miedo- ¡Paul!- Y la bofetada fue para Alice, que se interpuso entre ellos.
Aime miraba todo desde el auto y cuando Paul finalizó de violentarlo, Alice y él regresaron al auto y arrancaron directo a la casa de los McCartney. En el camino nadie decía nada, Alice tocaba sus mejillas, adoloridas.
Llegaron. La cara de Aime era incomparable, estaba realmente consternada. 
Paul abrió la puerta de la casa...
-Iré a traerte algo- se ofreció Aime. Subió y cuando estuvo fuera del alcance de los otros dos...
-Perdón.
-No te preocupes.
-En serio... Lo siento.
-Tranquilo, Paul- Alice sonrió. 
Paul se sentó a su lado
-¿Puedo ver?
-No me pasó nada, me han dado peores...
-¿Quién?- dijo asustado
-Mi madre- Alice rió.
-Pero... lo siento. Lo del baño fue...
-Fue asombroso. 
Paul soltó una carcajada enorme.
-Vamos, Alice...
-¡Es enserio!- ella rió- sólo a ti se te ocurriría...
Aime bajó con pomada y hielo.
-¿Se te inflamará?- preguntó Aime.
-No, estoy bien... Gracias.
-¿Me explicarán qué fue todo eso?
Ambos se quedaron callados.
-Después te explico yo- dijo Paul- Creo que los tres necesitamos dormir.
-Prepararé la recamara de invitados...
-No hace falta. Sé dónde está y cómo funciona- sonrió con ironía. 
-Cierto, lo olvidaba.
-Perdón por las molestias- Alice se levantó y simplemente se fue de ahí a dormir.
-Oye...- dijo Aime- El cuarto es demasiado frío, te llevaré una cobija más por si la necesitas
-Gracias...
Ambas subieron.

* * * * * * * * *
-¿Qué tal si duermes aquí, por hoy?- preguntó.
-Oh, vamos, Alice...
-¡Paul! Me coges salvajemente en un baño de un restaurante y no eres capaz de dormir aquí. 
-¡Baja la voz!
-¡He dicho que...- Alice gritaba y Paul le tapó la boca. Alice rió- Está bien, me callaré...
-Aquí está...- dijo Aime entrando a la habitación- Si necesitas cualquier cosa...
-No te preocupes, socia...
Paul se sonrojó y la miró. Por suerte, Aime no la había escuchado con claridad.
-Buenas noches- Ambos salieron de ahí.
** ** *** *** *** *** ** *** *** *** *** *** ** *** ** ** * * * * * * * *

He vuelto B)
Ya saben, con mis capítulos aburridos y vulgares como siempre. Perdón por desaparecer pero no tenía ideas.
Oh y ... pronto terminará esto :I 
¡¿Cómo han estado?! ¡Las extraño! 

miércoles, 23 de octubre de 2013

48

1966.
Las giras habían terminado. 
Desde inicios de ese año, todo había sido demasiado nuevo para los chicos, desde el inolvidable concierto en el Shea Stadium donde los cuatro chicos juraron que colapsaron nerviosamente y salieron de sí, terminaron con dolor de oídos pero aseguran que fue increíble.
Se encontraban grabando Rubber Soul.

Alice, que no olvidemos que es la protagonista de esta historia, ¿Y cómo olvidarlo? si hace cada cosa, se encontraba ya grabando su tercera película en Francia, por lo cual estaba forrada de dinero, belleza, juventud, fama, un novio ruso que la amaba con todas sus fuerzas y con el cual vivía, Sergey Koslov. 

Eleanor se quedaba en casa y cuidaba a Matt, quien aún tenía unos cuantos meses, las cosas con John, a comparación de como las esperaba, iban cada vez mejor. Incluso pensaba en que, apenas Matt cumpliera los tres años, conseguiría algún empleo.

Breana se había mudado a Leeds por cosas del trabajo, cosa que, obviamente, impedía que Ringo y ella se vieran, pero aún así, seguían con su relación.
George seguía soltero pero comenzaba a cansarle el hecho de estar solo y solamente acostarse y coquetear con unas cuantas.

Paul y Aime se habían casado y en efecto, ella estaba embarazada. Por este hecho del embarazo, se casaron apenas un mes después de comprometerse. Aime estaba apunto de dar a luz al que, esperaban, fuera un varón.
Su relación era estable, es decir, la química de un principio iba desapareciendo pero Eleanor les explicó que lo mismo les pasó a ella y a John, que era algo temporal, que eran las hormonas, que pronto todo pasaría.
Y a Paul le constaba. 
Ella tuvo que dejar su trabajo de prostituta. Se quedaba en casa, a veces nadaba, otras limpiaba un poco pero para cuando Paul llegaba a casa, la cena estaba lista y puesta. Eso era lo que más le encantaba. 

-¿Cómo te fue hoy?- preguntó Aime mientras se servía un poco de agua.
-Bien. Igual, cansado, como siempre...
-Deberíamos de tomarnos unas vacaciones... ¿no crees?... antes de que nazca el bebé.
-Había pensado lo mismo, pero ¿a dónde?
-Me gustaría ir a España o Alemania o a Francia... Tú sabes, un país de esos.
Paul sonrió mientras masticaba un pedazo de carne.
-Me encantaría. Y sólo nos quedan tres semanas, una más y deberás de estar en el hospital.
-Paul sé que estás emocionado por lo del bebé y todo eso pero a veces siento que te estresas demasiado en ese tema. 
-Bueno...- tomó agua- si quieres no opino nada y ya.
-No quise decir eso, en realidad te lo agradezco, sólo... relájate- Aime estiró su mano para alcanzar la de Paul y la acarició con dulzura.

Tan sólo hace casi 6 meses fue el día de su boda.
Mientras Aime subía las escaleras rumbo a su habitación, miraba los portaretratos colgando fotos de aquel maravilloso día. Se detuvo en el séptimo escalón para contemplar la que, sin duda, era su favorita. 
Le parecía en cierta forma, algo gracioso, era una donde Paul la cargaba y ambos se besaban. 
Ese día había sido espléndido. Ella esperaba una boda en grande, como la esposa de un Beatle se la merecía, pero no fue nada grande. Fue de lo más sencillo. Incluso su vestido era demasiado simple pero muy hermoso. Paul iba guapísimo con un saco nuevo y caro. 
Recordó todos los que asistieron, el único que faltó fue George pero era porque estaba de vacaciones en Venecia con una muchacha.
Incluso asistió Alice, con un vestido rosa, los felicito y parecía satisfecha, Aime pensaba que era sincera felicidad por ellos.

Y esa foto le recordó el día en el que le dijo a Paul que estaba embarazada. Fue pocos días después de comprometerse.
Ella estaba sentada en el sillón de la casa y Paul iba bajando las escaleras hacia la cochera

-¡Paul!- le gritó antes de que saliera de la casa- Espera...
-¿Qué pasa?
-Tengo que decirte algo.
Paul ya sospechaba.
-Estoy embarazada.
Ésto sonrió, no sabía si de felicidad, sorpresa o algún otro sentimiento y después de unos instantes al fin dijo
-Ya... ya lo sabía.
La cara de Aime se tornó sacada de órbita.
-¿Cómo lo sabías?- entrecerró los ojos.
-Me lo dijo Eleanor
-¿Cuándo la viste? Le pedí que no le dijera a nadie...
-Oh...- Paul rascó su nuca y pensó- Un día de estos fue al estudio- mintió.
-En fin...- Dijo Aime- ¿qué opinas?
-¡Es grandioso! Entre más pronto nos casemos mejor...
Aime sonrió. Se acercó a él y acarició su mejilla. Paul la abrazó. Era una gran diferencia a aquel día cuando Alice le dijo que estaba embarazada y eso le gustaba pero de cierta forma estaba harto de comparar ambas relaciones.
Con Aime sentía mucha paz y esa noticia realmente lo hacía feliz, tal vez la familia que esperaba con Alice se cumpliría pero con Aime. La quería. Sabía que a partir de ese día no podría separarse de ella. Y no quería. Amaba a Alice, es decir ¿quién olvidaría un amor como el de ellos? pero su futuro ahora se centraba en Aime y su próximo hijo. Estaba feliz. Al fin formaría una vida.
Dejaron de abrazarse y se miraron a los ojos.
-Es una noticia ... hermosa- le dijo- No sé, estoy...
-Sorprendido, lo sé
-Sí pero... alegre- Paul sonrió y en la cochera de la casa en Cavendish Avenue, tomó del cuello de la chica y besó sus suaves labios y se aferró a ellos como si fuera lo único que existiera. 

Sí. Esos días habían sido formidables.
-Aime- una voz la sacó de sus pensamientos.
-¿Qué?
-¿Qué hacías?- preguntó Paul a los pies de la escalera.
-Nada. Recordaba... - Bajó de nuevo los escalones- Paul...- posó sus manos en los hombros de éste- ¿Tú me quieres, Paul?- preguntó.
-¡Qué pregunta! Claro que sí 
Lo abrazó.
-No quisiera separarme de ti nunca
-Estamos casados- Paul rió- Y tendremos un hijo...
-Pero espero que no sea sólo eso lo que te una a mí.
-No, claro que no. Yo te amo- la besó y ella al fin pudo sonreír.

Esa noche, el teléfono sonó, despertandolos a ambos y haciendo que Paul contestara
-Diga...- Se tallaba los ojos.
-¡Paul, ayúdame por favor!- era la voz de Alice y sonaba demasiado alterada
-¿Estás bien?
-¡No! Estoy en un teléfono público, cerca de tu casa...
-¿Qué tienes?
Colgó.
Obviamente se había asustado.
-¿Quién era?- preguntó Aime
-John, parece que está ebrio de nuevo. Iré a su casa.
-¿Por qué?- Paul se levantó y se vistió lo más rápido que puso sin responderle a Aime y salió de la casa, habían tres teléfonos públicos cerca de su casa, los tres en distintas calles.
Caminó largo tiempo hasta llegar al tercer teléfono y esperanzado de que Alice estuviera ahí.
En efecto. De lejos pudo ver su silueta dentro de la cabina.
Corrió.
-¡Alice!- esta salió de ahí.
-¡Paul!- lo abrazó, agitada y asustada.
-¿Estás bien?- se escuchó que sollozaba- ¡Alice dime qué tienes!- Y de pronto comenzó a reír. La separó de sí y pudo ver su sonrisa
-Sólo quería verte, tonto- rió.
-No es gracioso...- Dio media vuelta y caminó
-¡Espera!- Alice lo alcanzó- Es que si no hacía todo esto tú no vendrías y lo sabes. Estoy bien, no te preocupes. Sirvió de algo, aún te importo.
-Me preocupé demasiado.
-¿Y cómo estás?- decían caminando
-Bien.
-Yo también estoy bien. Sergey está aquí. ¿Quieres conocerlo?
Se encogió de hombros.
-¡Vamos Paul no te enojes! Sólo fue una broma- rió.
-Sigues igual de loca.
-¿Y tu mujer?
-Supongo que dormida.
-¿Cuándo nace el bebé?
-Dentro de un mes. Pensamos en irnos de vacaciones antes de todo.
-Sería relajante.
-Te ves bien... Es decir... Contenta.
-Lo estoy. ¿Me llevarás a tu casa?
-No.
-¿Entonces?- dijo con tono preocupado.
-Vete a tu hotel son las 3 de la madrugada.
-Podemos ir a un hotel los dos...
-¡Vamos Alice no seas así!- dijo algo incómodo.
-Era otra broma- rió.
-¿Te espero mañana a las 10 en el café del estudio?
-Claro- dijo Paul confundido.

viernes, 18 de octubre de 2013

Cuarenta y siete

Varios golpes detrás de la puerta fueron los que despertaron a Alice al rededor de las 9 de la mañana del día siguiente.
Y por consecuente, los movimientos de ésta despertaron a Paul.
-¡Alice!- gritaban detrás- ¿Estás ahí?
Ella pudo despertar e incorporarse completamente
-Alice...- volvieron a llamar. Parpadeó varias veces y entró en razón.
-¡Paul!- le susurró exaltada para que éste despertara por completo- Paul es mi hermana- Y estas palabras bastaron para que Paul saliera de un brinco de la cama y entrara en pánico.
-¡¿Qué hacemos?!- susurró, pero casi en un grito.
-¡Salte!
-¿Cómo?
-Por la ventana
-¿¡Estás loca!? ¡No! Es demasiado alto
-¡Escóndete!- le decía Alice.
-¿Alice estás bien? ¿Puedo entrar?- insistía Eleanor- Tengo que hablar contigo...
Alice jaló a Paul del brazo y lo metió en el armario
-¡Mi ropa!- dijo este- Alice la levantó del suelo y se la dio. Corrió a ponerse una bata y a arreglarse un poco el cabello.
Abrió la puerta, agitada
-¿Estás bien?- entró Eleanor
-Sí, me acabo de despertar. ¿Qué pasa?
-¡Te tengo una noticia horrible! Bueno... Horrible para ti.
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-Todos estamos sospechábamos ayer en la noche que Paul le pidió matrimonio a Aime por que ella estaba embarazada pero...
Alice comenzaba a ponerse pálida
-Pero... Ayer hablé con Aime. Le pregunté cómo se sentía después de tal proposición y viniendo de quien. Tuvimos una charla muy profunda a decir verdad y ...
-¡Habla!- gritó Alice
-Ya voy... Ella... Alice, ella me dijo que sí. Que era una casualidad que Paul se haya comprometido con ella por que en efecto, Aime cumplirá dos meses de embarazo.

Y tanto Alice como Paul, que estaba adentro del armario, desnudo, no dijeron ni expresaron un sólo sentimiento. Ambos estaban en shock. 

-¡Alice reacciona!- le pidió su hermana
-¿Es verdad? ¿Es cierto lo que me dices?
-Claro. Ella misma me lo dijo, me pidió que no se lo dijera a nadie hasta que ella se lo dijera a Paul pero quise decírtelo a ti por... Por que sé que lo amas.
Alice se sentó en la orilla de la cama. Callada. La noche anterior había sido hermosa y despertar con una noticia así no era nada agradable.
Eleanor se sentó a su lado al ver que no decía nada y que su mirada había cambiado a una muy preocupada.
Se dispuso a acariciar su cabello.
-Lo siento- le dije
-No, no tienes porque. Gracias...
Eleanor suspiró.
-Bueno, si quieres desayunar, he dejado algo preparado abajo. John, Matt y yo saldremos un rato.
-Claro, gracias.
Eleanor salió de ahí y cerró la puerta.
Del armario salió Paul, vistiéndose y cuando estuvo totalmente vestido llego hasta Alice.

-¿Escuchaste? Vas a ser papá... 
-No le creo. Tengo que esperarme hasta que Aime me diga
-¿Y si es así?- Preguntó Alice, esperanzada de escuchar que Paul le dijera que se quedaría, aún así, con ella.
Pero Paul se encogió de hombros
-Digamos que me había ya comprometido con ella así que... Es normal que tengamos hijos
El corazón de Alice siguió partiéndose en más pedazos.
-Bien. Puedes irte- dijo a su defensa.
-Claro, tengo que ir con ella.
Paul tomó su saco y salió de ahí.

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hola /o/  ¿Cómo están? Yo sé que guapas B)
Me castigaron por mucho tiempo e.e y ahora mismo estoy escribiendo a escondidas y bajo presión, he ahí el por qué del capítulo corto y feo, espero haberlas sorprendido e.e

¡PREGUNTA! Respondan e.e.

¿CON QUIÉN SE QUEDA PAUL? n.n 

Es decir... ¿con quién quieren que se quede? e.e

domingo, 13 de octubre de 2013

Cuarenta y seis.

-Bien, aquí delante de todos quiero informarles una de las decisiones más importantes que tomaré en mi vida, o tal vez, espero, la más importante...- Todos miraban. John sostenía a Matthew, su bebé, en brazos yno ponía atención a las palabras de Paul por estar alimentándolo. Eleanor los miraba. 
Breana y Ringo estaban al otro extremo de la sala, demostrándose su afecto.
George platicaba muy bajo con dos chicas, invitadas de Brian, los únicos que ponían atención a Paul eran Brian, George Martin, Mal Evans, Alice y otros dos invitados, aparte de las meseras entrometidas.
-Sé que han pasado tan sólo cinco meses de nuestra bonita relación y hoy, 6 de Agosto de 1965, es un día muy especial por el lanzamiento de nuestro quinto álbum, pero quiero aprovechar la rara oportunidad de estar todos juntos para... 

Oh no.
Alice lo presentía.
Todos ahí lo presentían.

-Para pedirle a Aime que se case conmigo...

John dejó de alimentar al pequeño Matt. Breana y Ringo dejaron de besarse. George dejó de platicar y Alice soltó su copa de coñac.

El salón se quedó en silencio. Todos miraban a Paul, que en aquél momento abría una pequeña caja color negro y dejaba mostrar un perfecto anillo de compromiso que a juzgar de cualquier persona, fue el más caro que encontró en todo Londres.
Aime estaba parada a un lado de él, su cara simplemente no tenía descripción, mostraba una mezcla de nerviosismo, alegría y sorpresa.
-¿Aime Seberg... quieres casarte conmigo?- preguntó Paul.
Aime sonrió lo más que pudo, sus mejillas blancas se tornaron rosas, sus piernas delgadas comenzaron a temblar y después de pensarlo por 5 minutos... Aime estiró su mano hacia las de Paul, que sostenían el anillo, dispuesto a ponérselo.

-Sí... Sí quiero casarme contigo- respondió.
Paul sonrió, satisfecho y pronto el salón se convirtió en un mar de aplausos y felicitaciones. Todos se acercaron a felicitarlos y Breana y Eleanor no podían dejar de mirar aquel hermosísimo anillo con una incrustación de diamante.
Todos menos, como era de esperarse, Alice. Quien estaba recargada en la pared de la sala, viendo el tumulto de gente al rededor de los recién comprometidos. Ella al contrario, solamente cruzaba los brazos, intentando no arruinar su perfecto maquillaje con lágrimas. Luciendo un perfecto vestido rojo, que mostraba su delicada y esbelta figura. 
Y media hora después, ya que la emoción había bajado un poco, Alice seguía intacta.
Recordando aquella vez en la que Paul la siguió hasta el aeropuerto, la trajo a la fuerza de regreso y le propuso matrimonio, aquella noche llena de pasión.
No pudo más.
Sintió calor en su rostro, se secó las primeras lágrimas y dio media vuelta para salir a tomar aire y que nadie la viera llorar.

Como ya le era muy costumbre, sacó su cigarrera y se fumó uno. Recargándose en una pared del jardín de Brian.
Fumó y fumó mientras lloraba en silencio, pensando en cómo había sido tan tonta para dejar ir a Paul.
De pronto pudo ver que éste y Aime salían al jardín, así que se escondió detrás de un árbol para poder espiar un rato.


-No tengo palabras, cielos, Paul...- Aime le sujetó por el cuello, no dejando lugar para el espacio entre ellos- ¿Por qué lo hiciste?
-Por que... Yo te amo, Aime.
Alice lo escuchó y comenzó a llorar más.
-Siento que hace falta una mujer que pase conmigo toda la vida. Así como John y Eleanor.
-¿Entonces también quieres tener hijos?
-Claro. Eso era lo que siempre quise. 
Alice cubrió su boca para no soltar un gemido de dolor.
-¿Y tú?- preguntó Paul
-¡También!- contestó con emoción- ¿Entonces viviré contigo?
-Claro. Y con Martha y ... ¡Será tan perfecto! Podrías dejar tu trabajo... si tú quieres.
-No. No me apetece dejarlo. Aunque... ya sabes... sólo si tú quieres o te incomoda.
-Es tu decisión. 
-¡Oh, Paul!- se abalanzó a abrazarlo- ¡Te amo! ¡Te amo, Paul!
-Yo también te amo- besó su mejilla, acto seguido, la cargó de la cintura y le dio vueltas mientras ésta reía y cayeron al pasto y se besaron.
Alice no podía más.
Salió de los arbustos y, aunque no quería, fue vista por ellos...
-¡Alice!- Paul se levantó y fue hacia ella- Hey...- La tomó por el brazo y bajo la luz de una lámpara pudo verla totalmente deshecha.
-Paul, por favor, suéltame, no tengo ganas de ... de nada...- dijo con voz muy entrecortada. Paul la soltó.
Ambos se metieron a la casa. Aime salió a la calle, tomó su motocicleta y manejó hasta la casa de Eleanor y John donde se estaba quedando.
Pero Paul, obviamente, no se despidió ni siquiera de Aime y la siguió.

Las veces que fueron necesarias, hasta que sus nudillos dolieron, estuvo tocando la puerta.
Y por fin, después de media hora de estar esperando una respuesta. Se abrió la puerta.
-¿Qué quieres?- dijo Alice
-¿Estás bien?- preguntó Paul- Sólo mírate...
-Paul... Yo...

No. No podía dejar que el orgullo la venciera. Ya se había humillado demasiado antes. Pero... en ese caso era imposible.

-Te necesito- le dijo al fin.

Dejando a Paul sin ninguna defensa. Eran esas dos simples palabras lo que siempre quiso escuchar de ella.
No dudo ni un segundo más para avanzar entrar a la casa, cerrar la puerta y plantarse frente a ella.
La tomó del cuello con brusquedad, dejando a la chica un poco sorprendida y se dispuso a besarla como si después de eso se acabara el mundo.
Se besaban como no habían besado a nadie en esos largos meses separados. 
Y después.... Después pasó lo que ambos sabían que pasaría en esas dos semanas que Alice estaría ahí. Terminaron desnudos, amandose y entregandose como solían hacerlo. 

viernes, 11 de octubre de 2013

Cuarenta y cinco

Esa noche, decidió tomar un paseo sólo. Caminaba por las calles encendiendo un cigarrillo, sin miedo a perderse, pues no conocía para nada aquella ciudad. Recordaba tal escena de la tarde...

Esa misma tarde, cuando se encontraban dando el paseo, Paul preparaba un porro de marihuana
-¡Paul! ¿Paul qué haces?- preguntó Aime- ¿Eso... eso es hierba?- Paul doblaba el papel
-Claro...
-¡Paul! te meterán a la carcel- Éste pasaba la punta de su lengua por uno de los extremos del papel
-Relájate...

-Te morirás...- Paul lo encendió- ¡Paul no hagas eso!

Sacó el humo de la primera calada. Aime se indignó, cruzó los brazos y frunció el ceño, dándose por vencida y un tanto molesta.
Paul rodeó sus hombros
-Suéltame
-Oh, vamos, cariño. No seas así... Prueba un poco.
-Estás loco. No.
-Anda, sólo una probada.
-No.
Pero fue tanta la insistencia de Paul que Aime terminó probando de su cigarrillo, aterrada. Y a pesar de haber sido una cantidad considerable, no surgieron efectos en ella.
Después de tomar el paseo y regresar a casa de Aime, ésta seguía un tanto incómoda.
-No vuelvas a fumar eso- le dijo
-Lo hago desde el año pasado... 
-No sentí nada.
-Suele pasar algunas de las primeras veces. Si quieres lo hacemos en otro lugar, tú sabes, para meditar. Me gusta fumar y pensar o escribir canciones, es realmente inspirador.
Aime se encogió de hombros, quitándose el suéter.

Sonrió. La tarde había sido demasiado buena. Pero en aquella calle donde caminaba, llena de gente que aún transitaba por ahí vio una florería apunto de cerrar sus puertas y caminó con prisa.
-Buenas noches- saludó, apagó su cigarro y con lentitud lo tiró al suelo para pisarlo.
-¿En qué le puedo servir?- preguntó una mujer
-¿Tiene rosas?
-Claro, rojas, blancas y rosas...
-Me da 20 rosas rojas.
Después de realizar la compra, se dirigió a la casa de Aime. Fue un tanto incómodo pues al entrar, en la pequeña sala de estar se encontraban sus papás con la bebé y su hermana menor con los dos gatos viendo televisión.
Paul subió sin decir nada y al entrar a la habitación, Aime leía un libro.
-Hola- saludó. Ésta bajó el libro y se quitó los lentes
-Paul...- se levantó y fue hacia él
-Para ti...
Aime se sorprendió, cubrió su boca con ambas manos y soltó un suspiro de alegría.
-Cielos, gracias...- las tomó y las olió- ¡Gracias! Son bellísimas... 
Paul sonrió satisfecho, era como si nadie le hubiese regalado nunca flores a la chica.
-¿Te gustaron?
-¡Me encantaron! Iré por un florero...- besó su mejilla y desapareció.
Mientras tanto, Paul miraba todo a su alrededor, era muy a gusto estar ahí. 
-Sabes qué estaba pensando?...- Era Aime, de regreso con las flores puestas en agua
-En...
-Deberíamos de irnos a un hotel- dijo ésta, poniendo el florero en una pequeña mesa- siento que ambos estaríamos más cómodos, sería más privado
-Lo que tú digas, como te sientas mejor.
-Sí, me gustaría más...

* * * * * * * * *
En fin, tres días después, de regreso a Londres, los tres Beatles restantes se burlaban y a carcajadas enormes del pobre chico. Mientras los tres, en el estudio, veían el periódico del día, Paul un tanto harto, simplemente afinaba su bajo.
-Eres un bastardo con mucha suerte- le dijo John, calmando sus mofadas 
-Me lo han dicho...
-¿Por qué tanto alboroto?- preguntó Brian entrando al estudio
-¿Has visto esto?- Ringo le pasó el periódico
-¿Otra vez armando escándalos, McCartney?- dijo Brian
-¡Perdón! Yo no sabía que había alguien observando, además eso es abuso de privacidad o no sé cómo le digan
-No lo creo, están en pleno balcón del hotel
-A nadie le gusta leer que tu novia ... Y ...- George no pudo concluir la frase
-Los medios me acosarán todo el tiempo- dijo Paul con miedo- Si de hecho, estos inútiles ya se burlan de mí.
-¡Es que, Paul!- Brian se puso a reír- ¿Un streaptease? ¿Es enserio?- Paul miraba al piso, nervioso y todos ahí murmuraban
Se encogió de hombros
-Lo siento, fue mi idea...- Y una rubia melena apareció cruzando la puerta, con periódico en mano.

-¡¿Es enserio!?- gritó- ¿Me cambiaste por esto? ¡Por una puta!- le aventó el periódico en la cara- Me das asco, McCartney
-¡Alice cálmate!- le pidió, todos miraban sorprendidos
-¡Mírate! Estás en primera plana presumiendo que tu novia es una puta... Y que a ti no te cobra.
-¡Basta de ofenderla!
-Oiga, oigan- intervino Brian- Arreglen sus cosas en otra parte
-Para empezar, la que se fue fuiste tú, Alice- dijo John
-¡Tú no te metas!
Paul tomó de su brazo con fuerza y ambos salieron de ahí
-¿Estás con ella por esto?- le restregó el periódico
-¡No! 
-¿Entonces?- Alice comenzó a llorar.
-La quiero por... por ser ella. Por que ella no huye. Por que no es soberbia, ni tampoco es traicionera
-¡Me dices traicionera!
Paul se calló.
-No deseo seguir hablando contigo.
Aime iba entrando al edificio y los vio discutiendo
Paul pudo verla y soltó a Alice y caminó hasta Aime
-Hola- saludó
-Lo siento
-No, no te disculpes. Esto es algo... Algo absurdo. No es nuestra culpa
-Es algo tonto ¿sabes? yo...- Aime bajó la mirada
-¿No te das asco?- preguntó Alice
-¡Cállate ya!- le gritó Paul
-Seguramente te cuelgas de la fama de Paul para poder ser alguien
Aime se sorprendió
-¿Estás loca?
-No, no te hagas la santa...
-¡Alice vete ya!
-No, no me iré Paul... Tú...- señaló a Aime- me has quitado lo que más quería
-¡Yo no te quitó nada! ¡Tú te fuiste!
Alice la abofeteó dejándole la mejilla sonrojada.
Paul la tomó del brazo y con demasiada fuerza la sacó de ahí, empujándola a la calle, haciendo que cayera
-Soy una mujer ¿cómo te atreves?
Paul no respondió y cerró la puerta de los estudios.
-¿Qué fue eso?
-No lo sé, esa mujer está cada día más loca...

lunes, 7 de octubre de 2013

Cuarenta y cuatro :3

-Pasa, es por aquí...- Removía un mueble viejo de madera colocado junto a un sillón para que hubiera más espacio.
La casa era demasiado pequeña en uno de los barrios más viejos de Escocia. 
-¡Seberg!- gritó Aime- He regresado...
Paul miraba extrañado, preparando alguna expresión para lo siguiente
-Pasa, Paul, ponte cómodo...- Le dijo Aime, insistente- Oh, lo siento- removió ropa del sillón- Esta gente no sabe poner nada en orden... ¡Seberg!- volvió a gritar y de las escaleras bajó al fin una niña de al menos 11 años.
-¡Aime!- gritó y corrió hacia ella
-Hey, Sofia...- la abrazó con alegría- ¿Dónde están todos?
-No ha de tardar... ¿quién es él?
-Oh, él...- Aime se acercó a Paul y lo tomó por el brazo- Es mi novio.
-No te creo. Es bastante guapo
Paul no decía nada, estaba totalmente extrañado.
Sonó el portón de afuera abrirse y después la pequeña y gastada puerta principal para dejar ver a dos señores no tan viejos, de al menos 40 años, la mujer delgada pero cansada, sostenía a una bebé mientras el hombre cargaba una bolsa demasiado pesada sobre los hombros.
Paul, al verlo, caminó con prisa para ayudarle sin decir una palabra y por fin, desde que habían llegado, sonrió.
-Paul McCartney- se presentó.
-Papá, mamá, es mi novio
-¡¿Tienes novio!?- gritó su madre- ¿¡Y es él?!
-Mucho gusto- Paul extendió la mano y la bebé se despertó
-Qué mierda- exclamó la señora- Aime, encargate de ella...
-¿No ha regresado Pattie? 
-No...- La señora puso al bebé en sus brazos y salió de ahí directo a la cocina.
-¿Me acompañas, Paul?
Paul asintió con prisa, un tanto incómodo y ambos subieron a una habitación pasando por un estrecho pasillo de no más de 10 metros.
Se abrió una puerta y al entrar Paul supuso que era la habitación de Aime. Éste recostó a la bebé en la cama, haciendo que dejara de llorar.
-¿De quién es la bebé?- preguntó Paul, mirando todo al rededor.
-De mi hermana, Pattie. La muy tonta se embarazó y el idiota huyó, así que es madre soltera.
-¿Por qué no vives aquí?
-Por mi trabajo- Paul se sentó en la orilla de la cama.
-Paul, sé que te incomoda estar aquí, pero haré lo que pueda para hacerte sentir bien.
-Cualquier cosa es mejor que estar en Londres y soportar el ver a esa mujer.
Aime rió.
-No seas así con ella, sólo quiere arreglar las cosas.
-No lo creo.
Aime se acercó a él y tomó su cuello, haciendo que el rostro de Paul quedara a la altura de su pecho, así que tuvo que inclinarse y besarlo lentamente, pero el beso fue interrumpido por que la puerta se abría por un hombre alto, joven y con barba de tres días.
-¡Matt!- Aime corrió a abrazarlo
-Hermana...
Se abrazaban mucho
-¿Cómo has estado?- Aime besó sus mejillas
-Cansado como siempre... ¿Hey, qué le pasó a tu cabello?- Matt se echó a reír
-Calla que despertarás a Angie
Paul estaba tan confundido e incómodo
Matt alzó la mirada hacia la cama y se topó con Paul
-¿Y él quién...? ¿Paul? ...- se acercó a él- ¿Paul McCartney? ¡Demonios Aime! ¿Estás con Paul McCartney
Éste se levantó y saludó
-Mierda no lo puedo creer!- exclamó Matt
-Sal de aquí- le pidió Aime- Empezarás a hacer tu escándalo de adolescente
Matt la fusiló con la mirada y forzosamente salió de ahí
-¿Es tu hermano? ¿Cuántos son? 
-Somos cinco
Paul abrió los ojos sorprendido
-Él es el mayor, después sigue Pattie, yo, Sofia y Will, el menor, ese no se encuentra aquí , está en casa de mis abuelos, son demasiados en una casa tan pequeña que decidieron mandarlo a con ellos.
Paul soltó a reír.
-Eres más complicada de lo que creía y yo ya no quería mujeres complicadas.
Ahora la que rió fue Aime
-Todo es más simple de lo que crees. Tranquilo... sólo serán cuatro días. ¿Quieres salir a caminar?
-Sí, hace calor aquí.
Ambos bajaron de ahí, Paul no terminaba de ver el desorden por toda la casa, habían dos gatos y un perro y un olor extraño en la cocina.
Al fin afuera, aprovechó para tomar aire limpio.
-Lo siento, de verdad- se disculpó Aime, tomando su mano
-¿Por qué?
-No estás acostumbrado a este ambiente
-Oh, claro que sí, así era antes de ser un Beatle.

domingo, 6 de octubre de 2013

Cuarenta y tres.

Meses después...

Pensaba; No sabía muy bien qué era lo que lo hacía ser un imán con ella. Tal vez era la forma de sus labios y el color o aquellos dientes totalmente blancos y derechos que formaban la sonrisa perfecta, acompañada de aquellos dos hoyuelos que se le formaban. 
¿Su piel? No, era igual de blanca que todas... Pero era cierto que no tenía ni una imperfección, probablemente sus ojos claros y ahora que se había cortado el cabello su cuello se apreciaba de alguna otra forma, usaba esas blusas que provocaban algo en él, un deseo ardiente, una clase de excitación fuera de lo común, y no por que fuera demasiada, si no... Era deseo en estado puro lo que sentía al ver esos hombros blancos al descubierto unirse con su cuello.
La forma en la que caminaba, su delgado cuerpo, su voz, la inocencia que irradiaba, lo cuerda que estaba.
-¡PAUL!- Con un movimiento de cabeza y borrando aquella sonrisa de su rostro, reaccionó.
-¿Qué?
-Reacciona...
-¿Qué decías?
-Te estaba contando acerca de mis planes, respondiendo lo que preguntaste y te quedaste como bobo ignorándome.
-Lo siento, estaba pensando... ¿Oye cuántos años dices que tienes?
-Veinte.
-Eres muy joven, yo ya voy a cumplir los 23.
-Oh, qué diferencia- dijo Aime con sarcasmo... Se sentó a un lado de él- ¿En qué pensabas? ¿Pensabas en Alice? A mí tampoco me pareció la forma en la que la dejaste ahí, parada en el hotel.
-Ella se lo buscó- dijo Paul, un tanto molesto y muy harto, demasiado harto de hablar de ella y de todo aquél tema- Pero no- dijo- no estaba pensando en ella por extraño que te parezca.
-¿Entonces?
-No, en nada.
-¿A qué hora llega George? Me tengo que ir.
-Oh- Paul miró el reloj- No ha de tardar.
-¿Qué hacemos aquí?
-Kitty deja de hacer tantas preguntas.
-No me digas Kitty... Sólo soy Kitty para los clientes...- Pau rió.
-¿Y yo qué soy?- le dijo seductoramete
-Tú eres mi amigo- Aime golpeó su hombro con palmaditas. Se escuchó el timbre.
-Son ellos.


* * * * * * * * 

-Oigan ¿no se supone que Eleanor daba a luz mañana?
-Sí...
-¿Y qué hacemos aquí?
-Llendo hacia una premiere- George le contestó la pregunta a Aime.
Todos en el auto iban callados, así que por primera vez en todo el trayecto Aime guardó silencio.
Bajaron del auto, los gritos de las fans eran prominentes y como siempre: aturdían.
-Ya saben chicos, sonrían...- recomendaba Brian.
-¡Ringo!- las cámaras les hablaban- ¡Por aquí!
Ringo se acercó a una de ellas de la mano de Breana.
-¿Por qué no vino John?- le preguntaron.
-Él está con su esposa... Mañana será padre- rió.
-Breana... ¿Es cierto los rumores de una boda próximamente?
Breana rió con mucho escándalo, provocando que sus mejillas se sonrojaran.
-No, para nada ciertos, cariño. No pienso casarme con Richard, ni con nadie...

Por su parte, George que iba solo, caminó directamente hacia el interior del cine. Aquél estreno no fue igual que el anterior por la ausencia de John y por que todos tenían prisa.

Al día siguiente, todos se encontraban en el hospital. John y Eleanor por fin eran padres, incluso la rubia de Alice y la Tia Mimi.
-Hey... ¿lo puedo cargar?- pidió George- ¿Cómo se llama?
-Aun no sabemos- dijo Eleanor
-Póngale como yo- opinó Paul, sosteniendo la mano de Aime a propósito, provocando su incomodidad.
-Tiene que ser un nombre bueno...
Alice se levantó de su asiento y cargó al bebé.
-Michael. 
-¿Michael?- preguntaron todos, viendo como Alice lo sostenía en sus brazos.
-Es bonito...
-Alan- opinó Aime
-¿Alan?
Se encogió de hombros.
-Debimos de pensar en eso desde hace tanto- dijo Eleanor- pero Alan me gusta ¿y a ti?
John asintió.
-Bueno, lo seguiremos pensando.
De la nada apareció una enfermera
-Lo siento, pero el horario de visitas ya se acabó.

* * * * * * * 
-Paul ya puedes soltarme de la mano.
-No, sigue viéndonos...
-Paul suéltame ya- le susurraba.
-Ok, lo haré si vas y le preguntas dónde pasará la noche.
Aime revoleó los ojos y se dirigió a Alice, sentada en el sillón de la casa de Brian, fumando un cigarro.
-Hey, Alice...
Ésta alzó las cejas en forma grosera de saludo.
-¿Cómo... cómo has estado?
Se encogió de hombros. Soltó el humo del cigarro en cara de Aime y después contestó.
-Excelente.
-Me alegro- dijo Aime, espantando aquel humo y tosiendo un poco, a Aime no le había gustado nunca fumar, lo hacia sólo en ocasiones de estrés o para relajarse, le incomodaba el humo y ésto todo el mundo lo sabía, incluso Alice.
-¿Y tú?- preguntó, sacando de su bolsa un espejo y mirándose para ponerse más rubor en las mejillas.
-Oh, no me quejo... ¿Cómo te ha ido en Francia?
-Excelente. Siguen las grabaciones de mí película- sonrió con satisfacción- supe que trabajas en un burdel.
-Oh, sí. De hecho más tarde me iré...
-¿No te da asco?
-¿Asco?- preguntó Aime, extrañada.
-Sí. Ser tocada por hombres y acostarse con extraños.
-No, no son hombres cualesquiera. De hecho van hombres muy importantes... Ahí de hecho conocí a Paul- Ambas se habían ofendido de diferente manera
-¿Te acostaste con Paul?- preguntó Alice con sorpresa
-Claro- Aime sonrió
Alice hirvió en celos.
-Pensé que lo suyo era sólo para ponerme celosa- dijo Alice- como muchas de las cosas inmaduras que hace Paul.
-¿Dónde pasarás la noche?- preguntó Aime, cambiando de tema.
-En casa de John y Eleanor.
Sin más ni más, Aime se levantó y regresó a con Paul.
-En casa de John y Eleanor- le dijo.
-¿Por qué tardaste tanto?
-Estaba platicando con ella... Me tengo que ir a trabajar- se levantó y se fue sin despedirse.

-¿Qué le viste?- dijo Alice, con una sonrisa burlona y siguiendo fumando- Ni siquiera fuma.
-¿Qué te importa?
-Me imagino que es porque ha de coger bien, claro, si es puta. ¿Mejor que yo?- se sentó a su lado
-Alice, cállate.
-¿Cómo has estado Paulie?
-Bien. Gracias.
-¿Quieres un cigarro? Te vez estresado.
-Estoy bien, gracias. ¿Desde cuando fumas tan desesperadamente? Es como el 5o cigarro en lo que va de la noche. Yo recuerdo que sólo lo hacías en momentos difíciles.
Alice bajó la mirada.
-No sé, de un tiempo para acá lo hago más seguido. Pero cuéntame de ti, han sido tantos meses...
-No hay nada que contar de mí, el disco ya casi se estrena y probablemente el próximo año dejemos de hacer giras
-¿Por qué?
-Es mucho estrés... Ya sabes, el hijo de John, las fans... 
-Sí, me imagino. Pero hablemos de ti ¿es cierto que la conociste en un burdel?
-¿Quién te dijo?
-George.
-Maldito.
-No quiero hablar de eso.
-Se ve ridícula con ese corte.
-Cállate.
-Ni siquiera la quieres.
-¿Cómo sabes?
-Han pasado 3 meses desde que me fui. Me amas, aún.
Paul rió y cualquiera en aquella casa juraría que era por que la estaba pasando bien. pero no.
-Por favor, deja de decir estupideces.
-Es la verdad.
-Aime es muy diferente a ti. Es todo lo contrario
-Y por eso jamás la amarás...- Alice le robó un beso que Paul correspondió, incluso tomándola de la cintura.
-¿Lo ves?- dijo al finalizar.
-Dejame en paz.
-No te estoy haciendo nada.
-Vete a Francia y ya no vuelvas, por favor.
Paul se levantó de ahí se fue, molesto.
Sabía que Alice se quedaría en Londres las siguientes dos semanas y eso sería un infierno para él, ya que había comenzado a olvidarla y a enamorarse cada vez más de Aime pero con Alice ahí, era más díficil todo.

jueves, 3 de octubre de 2013

Cuarenta y dos. Aime Seberg.

.-¿Qué te pasó?
-Me corté el cabello. ¿No ves? 
Paul, impactado, la miraba caminar por la habitación con su cabello casi peinado como el de él.
-Te ... ves... Como yo.
Aime, después de revisar por última vez sus maletas, se sentó a su lado.
-¿Por qué trabajas en ese burdel?
-Cuando trabajaba de mesera, un día mi jefe me platicó del trabajo y me lo ofreció, me dijo que mi cuerpo y mi cara atraerían muchos clientes y me dijo cuánto dinero me pagaría, así que acepté. Es uno de los mejores prostíbulos de Londres. ¿No es así?
Paul asintió.
-¿Y pagan bien?
Aime asintió.
-¿Entonces no estudias? 
-No.
-¿Qué?- dijo, sorprendido.
-¡Mi familia vive en lo más jodido de Escocia! Ni si quiera fui a la escuela de pequeña.
-Y ahora que ganas bien...
-Lo gasto en lujos- Aime rió
Tocaron la puerta de la habitación
-¿Paul? ¿Puedo pasar?
-¿Quién es?
Y por aquella puerta entró  Alice.
-¡Paul!- La chica rubia corrió hacia él y lo abrazó con fuerza, pero fue demasiada su sorpresa cuando éste la rechazo y con delicadeza la empujó, evitando su abrazo.
-¡Paul!- se miraron lentamente- te extrañé.
-¿Qué haces aquí?
-¡Vine a verte! Quería saber como estás, hace tres días me colgaste el teléfono y...
Paul tomó de la mano de Aime y la acercó a él.
-Me da gusto verte Alice, pero ahora mismo estabamos partiendo hacia Londres-
Tomó sus maletas y ambos salieron de ahí.
-¡Paul! ¡Paul no viaje hasta acá para esto!
Paul y Aime entraron al ascensor y cerraron las puertas.
La chica no sabía qué decir.
-¿Por qué hiciste eso?
-No quiero rebajarme, si tengo dignidad aún, debo usarla.
-Pero ella viajó hasta aquí para verte. Además... ¡suéltame!- Aime soltó su mano
Paul rió.
* * * * * * * * * *  * * * * * * * **  *

NOTA: Esto es mierda y un adelanto :3

martes, 24 de septiembre de 2013

Cuarenta y uno. Call Me Back Again

Esa noche, después de dar una vuelta por la ciudad, obviamente, disfrazado para no ser reconocido, Paul volvió a casa antes de las 11.
-¿Sabes que volvió a hacer Martha hoy?- preguntó George, viendo TV en la sala en cuanto escuchó la puerta
-¿Qué?
-Tiró el cereal de la mesa...
-Mira...- Paul le aventó el periódico al mismo tiempo que se sentaba en un sillón.
-Wow es Alice.
-Sí...
-¿Ya leíste la nota?- preguntaba George, viendo con detenimiento la hoja del periódico.
-No. No quiero hacerlo. Hazlo tú y luego tiras el periódico.
-Wow, creí que guardarías la foto debajo de una vela o algo así.
Paul rió sarcástico, se desabrochaba la corbata mientras se iba a dormir.


* * * * * * * * * * * * * 
-Recuerda hablarme por teléfono todas las noches o sino escribe una carta- lo besó- es más romántico.
-Claro que lo haré, Breana- Ella sostenía del cuello a Ringo mientras ambos se despedían.
-Salúdame a Alice- pidió Ringo, en voz baja, sin que Paul la escuchara.
A esas alturas, faltaban solo 3 meses para que Eleanor diera a luz, y ver a su hermana la hacía muy feliz.
Pero llegó la hora en que los Beatles partieron a Madrid y 30 minutos después, Breana y Eleanor partían a París.

* * * * * * * * *

Esa noche, después de una entrevista, Ringo y Paul llegaban por fin al cuarto del hotel que compartirían.
Richard encendió la televisión, sabiendo que había tan solo 2 o 3 canales que él entendería. Pero apenas la encendió pudo ver como una chica rubia, en traje de baño, caminaba por las orillas de una playa francesa con lentes de sol y una tabla de surf.
Era un comercial.
EN EL HOTEL DE MADRID :3 1965
Anunciaban algo así como lo más nuevo en el cuidado de la piel. Paul se echó a la cama para poderla ver bien.
-Sólo mírala.
-¿Tan solo 2 semanas y ya hizo un comercial y hará una película? Esta chica es rápida.
Se escuchó la puerta y enseguida entraron George y John.
-Hola ¿qué hacen?
-Viendo televisión- respondió Paul a la pregunta de John.
-Salgamos.-Propuso George
-¿A dónde?
-No sé, a cualquier lugar... Corran. Antes de que venga Brian y nos arruine todo- Dijo John.

* * * * * * *
Pero mientras los cuatro chicos salían a dar la vuelta por las calles de Madrir, después de un pesado día; Eleanor y Breana apenas llegaban al lujoso departamento de Alice.
-¿Es aquí?- preguntó Eleanor, jadeante a falta de aire por subir tantas escaleras- Si el edificio es tan caro ¿porqué carajos no hay ascensor?- se quejó.
-¿No viste que apenas lo están construyendo, tonta?- preguntó Breana, deteniéndose frente a una puerta blanca de cristal. Miró un papel
-Sí, es aquí- y después timbró cinco veces seguidas y luego otras cinco.
-¡Ya voy, ya voy!- se escuchó en el interior.
La puerta se abrió, mostrando a una Alice totalmente feliz al pie de la puerta, por tando un vestido floreado, un par de pantuflas, el cabello rubio espléndido y una copa de coñac. 
Ambas se quedaron sorprendidas.
-¡Oh, diablos!- pronunció Alice, al verlas y corriendo fue a abrazarlas- ¡Breana! ¡Eleanor!
Ellas le correspondieron el abrazo.
-Cielos, Alice, mírate...- dijo Eleanor- ¿Qué te pasó?
 -¿De qué?
-Estás... Renacida. 
Alice rió con una risita torpe de niña de 5 años.
-Soy feliz. Eso es todo. ¡Pasen! - Abrió aún más la puerta.
-¿Aquí vives? ¿De dónde carajos conseguiste el dinero para pagar algo así?
-De un comercial que hice hace días y de otro que haré la próxima semana
Eleanor sonrió. Las tres se sentaron en la sala, dejando las maletas en un pasillo.
-Ringo te manda saludos- dijo Breana
-¿Cómo están ellos?- preguntó Paul
-Ellos están bien- dijo Eleanor- John y yo tuvimos problemas hace días pero todo se solucionó. Pero los otros tres están bien, incluso ... Paul.
-¿Cómo está él?- preguntó sin remordimiento.
-Se deprimió demasiado. Pero, olvídate de eso. Veo que tu te fuiste y todo te mejoró.
-Sí. Sabía que la solución era esta... Mirenme- Alice extendió sus brazos al rededor del respaldo del sillón y suspiró satisfecha- ¡Vamos, chicas! ¿Qué les sirvo de tomar? 
-Té- dijo Eleanor.
-Quiero cerveza- dijo Breana.
Alice regresó con sus respectivas bebidas y continuaron platicando, ahora más animadamente, sin tocar el tema de Paul y ella. De hecho, cuando encendieron la radio, sonaba "Twist And Shout"
-Esa canción me tiene harta- dijo Breana, riendo y retomando el tema de los chicos.
-¿Cuándo sale su próximo disco?- preguntó Alice.
-En agosto- respondió Eleanor- Paul agregará la canción que escribió ese día en su casa... ¿cómo se llamaba?...
-Scrambled Eggs- ayudó Alice.
-Sí, esa.
-Es realmente hermosa.
-Háblale- dijo  Breana
-¿A quién?
-A Paul. Ringo me dio el número del hotel. Márcale.
-¿Estás loca? Las cervezas ya se te subieron.
-No, es enserio... Eh...- Breana se estiró, colocó el teléfono entre su oreja y su hombro, con una mano sostenía la cerveza y con la otra marcaba.
Alice la miraba incrédula.
-¿John?... Sí... Breana, tonto... Bien. ¡Oye! Comunícame con Paul... ¡Anda!...
-¡Paul!- saludó Breana- Espera...- Le pasó el teléfono a Alice y ésta sólo lo miraba- ¡Habla, carajo!
Del otro lado de la linea, Paul repetía "Hola" mil veces.
-Hola...- se animó a decir Alice, casi tartamudeando. La complexión relajada de un principio había desaparecido.
-Hey... ¿Alice?
-Paul.
-¡Alice!- El corazón de Paul se aceleró- ¿Cómo estás?
-Bien. Muy bien...- el tono de Alice era seco, frío, hiriente.
-Estoy mejor. ¿Sabes? ¿Recuerdas a Aime? Bien, cogí con ella y ahora está conmigo. Así que si me disculpas... Me voy- Colgó.
Alice abrió mucho los ojos en gesto de sorpresa y colgó ella también.
-¿Qué te dijo?- preguntó Eleanor.
-Tiene otra. ¡Dos semanas y ya tiene otra!
-¿Qué?
-Aime, tu amiga, está ahora mismo con él
-No puede ser. Aime iba a ir a Escocia hoy mismo a visitar a sus padres- explicó Eleanor y eso de cierta forma la tranquilizó
-¿Qué te dijo?
-Se comportó tan infantil. Me dijo que había estado con Aime y que ahora mismo ella estaba ahí con él y colgó.
* * * * * * * * * * *
Y aunque pareciera extraño y casi imposible, Aime, en efecto, estaba ahí con él.
Había volado desde Escocia hasta Madrid sólo porque Paul le llamó esa tarde.
Estaba sentada justo a un lado de él, con su cabello castaño, corto, le llegaba justo hasta donde empezaba el cuello, casi topando con sus hombros. 
Ella miraba la televisión mientras Paul, indiferente, pensaba en lo que había ocurrido y qué pudo haberle dicho Alice en esa llamada después de dos semanas de no saber de ella.
Quería remarcarle. Quería que ella le volviera a llamar y decirle que con la única con la quería estar era con ella.